Dos “machos” en lucha, Andoni Ferreño y Agustín Bravo

No se produce la rivalidad en cualquier calle de Madrid un domingo cuando empieza a reducirse el tránsito de viandantes que circulan por sus calles. No. Es el Teatro Amaya de Madrid donde se interpreta la función Boeing Boeing que llegaba a la cartelera madrileña el pasado 17 de agosto.

Éxito de público y crítica. Y lo mejor. El aplauso del público que día tras días los despiden con la aprobación de lo que han visto. Han reído. Han sentido y por eso se ha pagado. En un tiempo donde prima el drama, Andoni Ferreño, Alberto Closas, Agustín Bravo, María José Garrido, Sara Canora, y Laura Artolchipi consiguen mostrar otra realidad, la de entretener. Y obviar la historia del tiempo presente, la luz, el gas y la política donde priman los Elles y sus portavoces o voceros. Poseedores de un pensamiento único creado en tres años. Los últimos de este país.

El espectáculo permanecerá en cartel hasta el próximo 16 de octubre. Este pasado fin de semana han vuelto a colgar el cartel de "No hay localidades". Hay dos protagonistas, ellos, Los Machos, Andoni Ferreño y Agustín Bravo. Es su papel en el teatro. El resto hace el trabajo más coral que lo hace aún más protagonista. Alberto Closas en segunda línea. Lejos del proscenio. Interpretación brillante que consigue lo que decía Alfredo Landa aseveraba "no hay papeles secundarios, hay actores menores". Alberto Closas borda al camarero amanerado que conoce más de la casa que los propios dueños. Es la dama de llaves traída a otro tiempo. Cercano y actual. El silencio y sus caras lo dicen todo.

Andoni Ferreño, un amante del teatro en tiempos difíciles

Andoni Ferreño es un amante del teatro sin miramientos en tiempos difíciles. Su empeño está desde la producción teatral hasta llegar a la interpretación. Un héroe donde se ha castigado tanto a la cultura. Menos en Madrid que en otros lugar, dicho sea de paso.

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90 minutos de comedia de enredo donde la dirección prima por su excelencia. Un portazo de puerta es tan protagonista como la cara de Alberto Closas o el acento "nada español" de la actriz María José Garrido. Las tres actrices son guapas. No es la razón para estar en el espectáculo. Son buenas. Saben lo que hacen y conocen la interpretación desde hace tiempo. Eso se nota. De su soberbia interpretativa son testigos los asistentes un domingo cualquiera de finales del mes de septiembre cuando el silencio se apodera de la ciudad que pocas veces duerme.