Paz Padilla se rompe hablando de San Valentín mientras su hija apoya a Taburete

A pesar de su sentido del humor y positividad ante la vida, Paz Padilla está pasando por uno de los momentos más complicados de su vida y por ello la presentadora no pudo reprimir las lágrimas este lunes durante la emisión de Sálvame al recordar un día especialmente triste para ella, San Valentín.

Reconociendo que este año no tiene muchas ganas de celebrarlo, Paz aprovechó la ocasión para agradecer la gran acogida que ha tenido su libro El Humor de mi vida en el que ha plasmado su proceso de aceptación de la muerte como "algo natural" y con el que pretende ayudar con su testimonio a aquellas personas que están pasando por su misma situación.

Aunque asegura que le hubiera gustado no tener que escribirlo, reconoce que tiene un sentimiento agridulce al respecto.

A pocos días de cumplirse el primer aniversario de la muerte de su madre Lola, Paz también se acordó de su gran amigo y compañero de La que se avecina Jordi Sánchez que está pasando por un momento muy complicado debido a la Covid-19". 

Mientras tanto su hija, Anna Ferrer, convertida en una de las influencers más populares de nuestro país y apoyando a su madre más que nunca, no se quiso perder este lunes el concierto con el que el grupo Taburete comenzó su gira en el madrileño Teatro Nuevo Alcalá.

A punto de cumplirse un año del fallecimiento de su abuela y con la muerte del marido de Paz, muy reciente, Anna desveló a los reporteros cómo ve a su madre y qué le parece que haya escrito un libro para ayudar a las personas que como ella están pasando por un momento complicado.

Un libro que la influencer cree que "no va a dejar a nadie indiferente"; "mucha gente lo necesita leer y buscar un poco ayuda".

A su juicio, Padilla ha encontrado en la escritura ese consuelo y es un poco "como ayudar a los demás, decir a mí esto me ha servido, a lo mejor hay gente que lo necesita y esto te hace sentir bien".

Claro que la presentadora confesó hace poco que en algún momento se había sentido incomprendida y su hija reconoce que "yo no estaba en el punto en el que estaba ella, pero siempre la he respetado y la he entendido, si a ella esas cosas le hacían sentir bien, bienvenidas sean". De hecho, "estoy muy orgullosa, he aprendido muchísimo de ella".

Además, Anna asegura que la ve "cada día un poco mejor así que me alegro, soy feliz porque ella esté bien".