Comienza el nuevo curso y Telecinco sigue echando toda la carne en el asador con el objetivo de recortar, a cualquier precio, el terreno perdido frente a Antena 3. No escatima en vuelcos.
Teniendo en cuenta cómo está el patio de las audiencias en su guerra con Antena 3 en la que no termina de recuperar terreno por más movimientos que hace, Telecinco ha decidido comenzar el nuevo curso echando toda la carne en el asador.
No solo ha recurrido a la segunda parte de la docuserie de Rocío Carrasco en abierto sino que la primera semana de septiembre comenzó este lunes con nuevo colaborador en Sálvame. Y encima con misterio y expectación. De hecho, al comienzo del programa se encontraba escondido, camuflado entre el público. Todos los asistentes vestían de la misma forma: con un mono y careta blancos mientras los colaboradores oficiales esperaban en el centro del plató.
Casi un centenar de colaboradores han pasado por el plató de Sálvame y en el nuevo curso uno más está a punto de sumarse a la lista. El nuevo fichaje estaba infiltrado en el público porque su llegada puede provocar una auténtica tormenta en el equipo: tiene cuentas pendientes con algún colaborador, ha tenido enfrentamientos con varios de ellos y su llegada podría provocar la huida o fuga de uno o varios de sus nuevos compañeros.
Belén Esteban observaba a Lydia Lozano "un pelín nerviosa" y ella confesaba que le "preocupa" perder su silla. En ese momento, la princesa del pueblo hacía toda una declaración de intenciones: "Tengo gente enemiga pero creo que todos mis compañeros, tanto los que están aquí como en casa, estamos preparados para aguantar el que sea, nos guste o no".
Eso sí, con una excepción: "Yo solamente no me sentaría con una persona porque me debe 400.000 euros. Se llama Toño (Sanchís) y hasta que no me los dé, no me voy a sentar con él”.