Los Bosé en situación límite por los tejemanejes de la matriarca de la saga

Los Bosé son uno de los clanes más conocidos del famoseo  patrio. Su historia mediática empezó cuando Luis Miguel Dominguín se casó con Lucía Bosé. Una unión de lo más sonada por la repercusión que tenían los contrayentes. Ella era una bellísima y aclamada actriz italiana y él un ídolo taurino con fama de don Juan a sus espaldas. Poco duró la felicidad a la pareja porque él siguió con su afición de cultivar amistades femeninas, lo que provocó sonados altercados que hacían retumbar las paredes del chalet conyugal en Somosaguas. En ese ambiente de tensión crecieron los tres hijos de la pareja, Lucía, Miguel y Paola. Todo saltó por los aíres el día en que la actriz le dijo al torero que quería separarse. Aquello fue un auténtico polvorín que no consiguió mitigar ni el paso de los años.

Lucía Bosé ha vuelto a la actualidad por un tema que implica a Picasso. Se trata de un dibujo que el malagueño universal regaló a una empleada que vivió en casa de la actriz durante cincuenta años. Fue a ella, de nombre Remedios, a quien el artista obsequió con una de sus obras, con dedicatoria incluida al dorso. En 2008, la italiana sacó a subasta el dibujo en cuestión, que alcanzó un valor de 196.607 euros. Pues bien, esto ha motivado que la Fiscalía Provincial de Madrid solicite para ella dos años de prisión por un delito de apropiación indebida y el pago de una cantidad igual a la obtenida en la transacción económica a las dos sobrinas de la fallecida Remedios, consideradas herederas. Sin duda, la noticia ha caído como una bomba en el entorno de la italiana, completamente ajeno a lo sucedido.

Una vez más, le toca a Miguel Bosé salir al rescate de su madre. La situación económica de la matriarca de la saga es muy delicada. Hace tiempo que se mudó a Extremadura, donde ha intentado varios negocios fallidos relacionados con el arte. El museo de los Ángeles fue uno de sus proyectos más sonados que se vino abajo por falta de liquidez. Hace tiempo que se habla del distanciamiento del cantante con su madre y hermanas. Soltó amarras cuando decidió establecerse en Panamá. Según dijo entonces, lo hizo para evitar que sus hijos fueran acosados por los paparazzi. Tampoco se les vio juntos tras el fallecimiento de Bimba, considerada como una hija por Miguel. Su muerte le afectó profundamente y afirman que todavía no se ha recuperado.