| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Peñafiel vuelve a armarla con una "violenta" escena de sexo de la Reina Sofía

No podía faltar la pequeña contribución del periodista azote de la Casa Real al tema de moda más polémico de los últimos tiempos. La madre del Rey Felipe no gana para disgustos...

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Aprovechando que no se habla de otra cosa que de Francisco Franco en los últimos días y que la especialidad de Jaime Peñafiel es poner a la Familia Real en situaciones embarazosas con sus "destapes", el veterano periodista ha metido ambos ingredientes en su coctelera particular para volver a levantar ampollas en Zarzuela.

Esta vez ha aprovechado su rincón de los lunes en Pronto para recuperar una vieja anécdota de finales de los 60 en la que salen todos: Franco, el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía, que no gana para disgustos con Peñafiel.

Tal como recoge El Nacional.cat, en aquella época a Don Juan Carlos y Doña Sofía les llegaba una invitación de Franco para ir al Pazo de Meirás a pasar unos días con él, su mujer, Carmen Polo, y la familia política del marido de su hija, los Villaverde.

Aunque según Peñafiel, los Reyes no tenían especial simpatía por ellos "aceptaban la invitación, no porque no tuvieran a dónde ir sino porque no se podía rechazar la cita".

Allí, ellos jugaban al golf en el Real Club La Zapateira de A Coruña y los niños a enterrarse en la arena en la playa de Bastiagueiro, en Oleiros.

Hasta ahí nada de otro planeta. Si no fuera porque Peñafiel asegura que la primera vez que los Reyes Eméritos fueron al Pazo de Meirás pasó una de "las más divertidas, sonrojantes y violentas anécdotas que hayan podido vivir".

Fue en 1969, la primera noche que pasaban Don Juan Carlos y Doña Sofía en una de las habitaciones del recinto veraniego la pareja rompió la cama de matrimonio de la habitación; no sólo el colchón y el somier acabaron por tierra, también el cabecero.

Con no poca guasa, Peñafiel se pregunta: "¿Porque la cama era vieja? ¿Por la pasión del matrimonio a la hora de amarse?". Sea como fuere, lo que ocurrió es que "muerta de vergüenza, la griega le pidió a su marido que le prometiera no contarlo".

Nada más lejos de la realidad, lo primero que hizo el Emérito al encontrarse a toda la familia Franco a la hora del desayuno del día siguiente fue explicarlo: "Fácil es imaginar el cachondeo de todos menos del general, que se limitó a decir, aunque sonriendo: 'mandaré cambiar la cama".