| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Verstappen se pasea y Alonso saca la varita

El neerlandés fue líder de principio a fin en el Gran Premio de Holanda y Fernando Alonso estuvo excepcional al remontar para ser sexto, un puesto por encima de Carlos Sainz.

| Miguel Queipo Deportes

Decían que el GP de Holanda (y no de los Países Bajos, por su denominación oficial) sería una carrera plagada de incidentes. Sí, pocos adelantamientos, pero en un trazado que penaliza los errores de pilotaje se esperaba algún accidente que otro y varios coches de seguridad en una pista donde sobrepasar a un oponente es casi imposible.

Bien, pues no hubo ni un safety car, así que Verstappen, poleman, salió líder y acabó ganando la carrera sin apenas oposición, porque su RedBull fue infinitamente más rápido y consistente que los Mercedes. Así, el neerlandés recupera el liderato del Mundial, con tres puntos de ventaja sobre Hamilton, segundo en Zandvoort. Bottas fue tercero mientras que un excepcional Alonso, que partía noveno, acabó sexto. Sainz fue séptimo y un cada vez más consistente y rápido Gasly, cuarto.

 La carrera no tuvo demasiada historia. Más bien, todo se dilucidó en la primera vuelta: Verstappen salió como un misil, no le dejó ni un espacio a Hamilton en las tres primeras curvas y apretó tanto que en el primer giro ya aventajaba al británico en casi tres segundos. Por detrás, con todos manteniendo posiciones para evitar meterse en líos, Alonso decidió sacar la varita y pasó del noveno puesto de parrilla al séptimo, tras adelantar a su compañero en Alpine Ocon y al Alfa Romeo de Giovinazzi llevándose un par de golpetazos que no acabaron con su monoplaza en los garajes antes de tiempo de verdadero milagro.

Pérez, que salía desde el box, y Norris, en una inusual decimotercera posición, le ponían picante al fondo de la parrilla, pero porque delante no sucedía nada. La carrera se planteó a dos paradas pero las diferencias entre los monoplazas en pista eran tan amplias que no hubo ocasión de undercuts. Además, los pilotos fueron más cuidadosos que habitualmente, conocedores de que los errores de pilotaje se penalizaban en la grava y el césped del trazado, y no cometieron ni un error severo, así que no hubo coche de seguridad, ni tampoco accidentes.

 Sainz, sexto, cumplía con el expediente de acabar tras su compañero Leclerc cuando un bajón de rendimiento de su Ferrari en el tramo final permitió a Alonso superarle en la última vuelta, por lo que el asturiano heredó su posición mientras el madrileño acababa séptimo justo por delante del cohete de Pérez, octavo.

El poco picante del final de la carrera lo puso Bottas, quien se marcó la vuelta rápida a tres vueltas del final superando la marcada hasta entonces por Hamilton, algo que le arrebataba un punto en el Mundial al británico y le hubiera dejado cuatro de Verstappen. Pero Lewis cambió gomas y pulverizó el tiempo en la última vuelta por segundo y medio. La insurrección de Bottas fue, pues, como toda su carrera en Mercedes: gris. La próxima semana, Monza. Un circuito que a priori debe favorecer la potencia de los germanos. Pero el Mundial está bonito.