| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Real Madrid 2 - Betis 1: Tchouameni cae de pie

El equipo blanco sigue imparable en Liga y con goles de Vinicius Junior y Rodrygo Goes derrota al cuadro andaluz, el único que le seguía hasta ahora el ritmo en la clasificación

| Miguel Queipo Deportes

No, no marcó. Ni siquiera asistió. Si es cierto que pudo anotar un golazo de cabeza pero Rui Silva se lo impidió con la parada del año. Pero da igual. El impacto de Aurelien Tchouameni en el juego del Real Madrid es tremendo. El campo que abarca, su amenaza ofensiva, su trabajo defensivo… Los de Ancelotti derrotaron (2-1, goles de Vinicius, Canales y Rodrygo) a un buen Betis en un partido que no debió ser tan ajustado como el marcador señala, impulsados por su fichaje francés, que cada día gana más galones. El Real Madrid sumó su cuarto triunfo en cuatro jornadas, seguirán líderes y dormirán muy felices visto todo lo que aporta su nueva incorporación. 

Si hay algo que quedó meridianamente claro en el estreno liguero en el Santiago Bernabéu para el aficionado madridista es que Aurelien Tchouameni ha venido no sólo para quedarse, sino posiblemente para instaurar una nueva era en el equipo blanco. El francés ha caído de pie y su capacidad para abarcar campo es tan tremenda que sería capaz de reforestar China él solo en 24 horas si le dan un mandil, un arado y una cesta llena de semillas. Su capacidad física, su presencia sobre el campo y su esfuerzo para ayudar al equipo y sostener al compañero son de esas cosas que encandilan al socio madridista, desde siempre. Si a ello le añade una dosis muy elevadas de calidad técnica, lo tiene absolutamente todo a favor.

 

El Madrid vence a un Betis "bien plantado"

No, no es Modric. Quizás nunca lo sea, aunque ante los verdiblancos intentara incluso meter un pase con el exterior de esos que de vez en cuando acostumbra a dejar el croata, su reguero de perlas a lo Pulgarcito de Zagreb. Curiosamente, a Tchouameni, acompañado en el medio por Camavinga frente al Betis con Kroos en el banquillo, no se le vio el pelo en el tramo que fue del arranque del partido hasta el 1-0. El Betis, bien plantado, amenazaba con las subidas de Álex Moreno y, mientras el Madrid trataba de ajustarse, un despiste provocado por la temprana lesión de Fekir hizo que los de Heliópolis flotaran a Alaba y permitió al austriaco meter un balón a la carrera a Vinicius. Y este no perdonó, de vaselina. Era el minuto 9 y todos se las prometían muy felices. 

Pero la alegría duró poco. Un despiste monumental en defensa de Carvajal y Camavinga, unido a un buen cuerpeo de Borja Iglesias ante Militao, permitió a Canales superar a Courtois. 1-1. Podría haber sido un pequeño traspié, pero no fue así. El Betis estaba bien posicionado sobre el campo, aprovechaba la inconsistencia de un Camavinga que no sabía muy bien cuál era su tarea real cuando juega al lado de Tchouameni y la labor de su compatriota no bastaba para impedir que los de Pellegrini compitieran de tú a tú por la posesión, con Militao haciendo horas extra, muy buen partido del brasileño tras las dudas de las tres primeras jornadas.

 

Al equipo blanco le faltaba ritmo

Es cierto que el Madrid tenía mejores ocasiones. Un paradón estratosférico de Rui Silva a cabezazo prodigioso de Tchouameni; un error clamoroso de Vinicius en área pequeña a puerta vacía tras pase de Rodrygo en el primer acto; otro similar de Benzema en el arranque del segundo acto, también a puerta vacía y a dos palmos de la línea de gol: otra buenísima parada de Rui Silva a remate de Modric. Pero el partido estaba disputado. Al equipo blanco le faltaba ritmo, mucho. Carvajal y Mendy no aportaban nada ofensivamente, Benzema (pese a los dos goles ante el Espanyol) seguía en modo noche. Y el Betis amenazaba a la contra. Con no demasiado punch, pero avisaba a su rival de que bajo la seda de Canales, qué futbolista, podía haber un aguijón. 

Ancelotti se dio cuenta de que Camavinga estaba más perdido que un pulpo en un garaje, su peor partido como jugador del Real Madrid, y decidió meter a Valverde para darle más empaque al centro del campo blanco. Y fue, otra vez, una decisión acertada. El uruguayo, en el primer balón que tocó, tras una buena internada de Carvajal (¡al fin!), le dejó un caramelo a Rodrygo que el brasileño de todos los milagros metió en la jaula. Era el 2-1, y el Madrid respiraba, aunque Pellegrini movió el banquillo para ir a por el empate.

 

Los de Ancelotti suman otros tres puntos

La amenaza de William José podía ser un problema, así que Ancelotti decidió introducir sobre el campo a Kroos y Ceballos para monopolizar la posesión: si el contrario no tiene el balón, es complicado que te haga daño. Así que el Madrid durmió el partido, lo durmió tanto que pecó de somnolencia a la hora de finalizar alguna otra ocasión que hubiera matado el partido. Pero sumó otros tres puntos. El martes espera el Celtic en Glasgow, y esa aventura europea será otra historia.