| 20 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Fernando Alonso acaba tercero pero una protesta de Mercedes le arrebata el podio

El asturiano acaba tercero, pero al servir una penalización mal, le ponen otra sanción al acabar la carrera y baja al cuarto puesto. Ganó Pérez.

| Miguel Queipo de Llano Deportes

Fue otro podio para Fernando Alonso, el que redondeaba la centena en su carrera. El asturiano guió a su Aston Martin al tercer escalón del cajón, tras una carrera en la que salía segundo, en la que incluso pudo liderar la prueba por unos cuantos kilómetros, pero en la que sucumbió ante dos monoplazas de otro planeta, los Red Bull de Checo Pérez y Max Verstappen, más de un segundo por vuelta más rápidos que todos los demás. Pero una sorprendente sanción postcarrera de diez segundos, por servir mal una penalización de cinco segundos en el paso por garajes, le dejó sin premio. Fue cuarto al final, tras haber incluso subido al cajón a recoger el trofeo. Su puesto lo heredó George Russell.

 

Ganó Pérez, pero el liderato del Mundial sigue siendo para  Verstappen, ya que arañó la vuelta rápida en el último giro al circuito de Corniche, en Yeda, donde se celebró el Gran Premio de Arabia Saudí. Sainz fue sexto, por delante de su compañero de equipo en Ferrari, Charles Leclerc.

Sólo en la largada Alonso pudo hacer soñar a la afición española: el Aston Martin salió como un disparo desde la segunda posición de la parrilla, adelantó a Pérez y se situó líder por un par de vueltas. Fue un espejismo. Cuando el mexicano apretó, su Red Bull recuperó el mando y ya nadie pudo toserle durante las cincuenta vueltas de la carrera. Alonso aguantó todo lo posible a su estela, beneficiándose del DRS y conocedor de que tendría que servir una penalización de cinco segundos por situarse unos centímetros más a la izquierda de su posición en parrilla. Al servirla, un mecánico tocó la trasera del coche con su gato y eso no se puede hacer: diez segundos más que no le comunicaron a Alonso hasta bajarse del podio con el trofeo.

Pese a todo, tras los Red Bull y Alonso, el mundo era dominado por los Mercedes, con Russell por delante de Hamilton, mientras Sainz intentaba hacer piruetas con un Ferrari que no calienta los neumáticos ni usando un microondas. Un coche de seguridad provocado por el abandono de Stroll, compañero de Alonso, por problemas de motor, incluso palió las estrategias de undercuts y overcuts. Ferrari, que había parado antes con los dos pilotos, fue la gran perjudicada. Y el gran beneficiado, Verstappen.

El dos veces campeón del mundo salía décimoquinto, se tomó el asunto con calma pero tras el safety, comenzó a apretar con el cuchillo entre los dientes hasta superar a Alonso y situarse segundo. Pero de ahí no pasó. Checo ha ganado en Mónaco, en Singapur y en Baku (todo circuitos urbanos) y ahora lo ha hecho en Yeda: es el rey entre los muros. Aguantó el ritmo de Max sin problemas y no es líder del Mundial porque el holandés hizo la vuelta rápida en el último giro. Red Bull tiene dos gallos y un pepino para arrasar en este Mundial, y Alonso un cochazo para pelear por el tercer puesto del Mundial, por mucho que Mercedes patalée porque un carreras-cliente, un monoplaza con mayoría de partes suyas, corre más que el coche de fábrica.