| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Hamilton se impone a Verstappen en un polémico final

Carlos Sainz concluyó en octava posición en su estreno con Ferrari, mientras que, en su regreso, Fernando Alonso se vio obligado a abandonar en la vuelta 34 con un problema de frenos.

| Miguel Queipo Deportes

El GP de Bahréin lo ganó Lewis Hamilton, como casi siempre (perdón, Rosberg) desde que se instauró la era híbrida, pero con polémica. En un final apretadísimo, Verstappen adelantó al siete veces campeón del mundo en la curva 4 a falta de dos vueltas para el final aprovechando el exterior (una zona macroutilizada por los Mercedes durante toda la carrera), dirección de carrera le obligó a devolver a la posición y ahí se decidió la carrera. Lewis primero, Max segundo, Bottas tercero y vuelta rápida. Muy bien los McLaren, bien Sainz en su debut con Ferrari y Fernando Alonso, abandonando con problemas de frenos.

 


El GP de Bahréin sirvió para demostrar que Mercedes y Red Bull siguen un mundo por delante de las demás escuderías. Los toros energéticos se han acertado a las flechas plateadas y todos los demás están muy igualados entre sí, pero tampoco cambia tanto todo como estaba previsto, aunque aún quedan un par de Grandes Premios para saber exactamente la posición de cada uno.

Hamilton se aprovechó de un undercut en la primer parada para controlar la carrera y, pese a que Verstappen tenía más ritmo y velocidad, tuvo que sudar de lo lindo para alzarse con la victoria, que vino salpicada por una decisión de comisarios que podría resultarle injusta a algunos. Bottas, en tierra de nadie toda la carrera, acabó tercero, mientras que Pérez, que volvió a salir último por problemas eléctricos, cuajó una gran remontada para llevar al segundo Red Bull a la quinta plaza, por detrás del McLaren de Norris: a 46 segundos de Hamilton, todo un mundo.

 


Mientras, Sainz tuvo una masterclass en su primer Gran Premio con Ferrari. Todo fue perfecto hasta la Q3, donde el hijo del Matador falló con el estoque. El semáforo verde nos mostró a un Carlos más timorato que a lo que acostumbraba en McLaren, y luego le costó encontrar el ritmo de carrera. Siempre en los puntos, peleando en torno a Stroll y algo por detrás de los McLaren, el madrileño tiene que tomarse la carrera como lo que fue: un aprendizaje. Ya habrá tiempo de exprimir el monoplaza rojo a fondo. Al final, octavo pegado al alerón trasero de su antiguo McLaren, el que ahora pilota Ricciardo, y sólo ocho segundos por detrás de Leclerc tras 56 giros. No es mal comienzo.

Por su parte, no fue sencilla la carrera de Alonso. El asturiano destapó el tarro de las esencias en la salida y resalidas, llegando a situarse séptimo, un grito al paddock para decir “aquí estoy yo”. Estaba él, pero no el Alpine jorobado, que no parece que esté para grandes cosas esta temporada y que a este ritmo en breve dejará de evolucionar para centrarse en 2022. El monoplaza francés fue perdiendo fuelle hasta que en la vuelta 34 un problema en los frenos traseros puso fin al regreso de Magic. Otro año duro por delante.