| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La Selección inicia su concentración con un agrio recibimiento a Gerard Piqué

Los agentes del cuerpo que criticó el central del Barça por su actuación el domingo son los que le han protegido de la ira de los aficionados de España en el entrenamiento de la Selección.

| ESdiario Deportes

La selección española de fútbol inició este lunes su concentración para los partidos ante Albania e Israel, donde debe certificar su billete directo para el Mundial de Rusia de 2018, y lo hizo con un agrio recibimiento al central Gerard Piqué en el primer entrenamiento.

 

El jugador del FC Barcelona volvió al centro de la polémica por sus últimas declaraciones pidiendo ir a votar en el referéndum ilegal de este domingo, acudiendo él mismo a votar y posteriormente expresando entre lágrimas sus sentimientos sobre el combinado nacional tras el partido ante Las Palmas, que se jugó a puerta cerrada por el temor de incidentes.

 

Cabe recordar que el catalán, emocionado, criticó el comportamiento de la Policía Nacional y de la Guardia Civil y aseguró que si jugar con la Roja suponía "un problema" la dejaría antes del Mundial, fecha en la que tiene previsto poner fin a su carrera internacional.

Por todo ello, se esperaba un recibimiento hostil contra un Piqué que acudió puntual a su cita con la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, escenario de la concentración. El defensa llegó acompañado por Jordi Alba, Sergio Busquets, Pedro Rodríguez y Marc Bartra y no hizo declaraciones ante la gran afluencia de medios congregados.

A las afueras, apenas había expectación, salvo la de un aficionado con una pancarta que rezaba Catalán que no quiera ser español que se vaya de España, pero por la pela sí se apuntan. Ejemplo, Piqué. Hasta ahí la 'tranquilidad', rota cuando llegó la hora de la sesión de entrenamiento y que se mantuvo programada con asistencia de público pese a todo lo que había sucedido en las últimas horas.

Unas medidas inusuales, tal y como confirmó un miembro de la seguridad privada de la Ciudad del Fútbol, con la presencia de ocho Guardias Civiles cerca del césped marcaron la primera toma de contacto de los hombres de Julen Lopetegui, bajo la afluencia de una grada repleta por unas 300 personas, con banderas de España, pero sin pancartas, retiradas por los propios agentes de la Benemérita, que a pesar de las críticas de Piqué por su actuación este domingo terminaron echándole un capote.

De hecho, una sonora pitada inundó el recinto en cuanto salió a entrenar Gerard Piqué, impasible una vez más ante el agrio recibimiento de la afición que entonó gritos de Fuera, fuera, de Piqué, llorón, fuera de la selección y Piqué, llorón, España es tu nación, aunque paulatinamente el llorón se cambió por insultos más graves.

 

Bajo un ambiente tenso, la mayoría de los internacionales apenas entrenaron una veintena de minutos antes de retirarse a los vestuarios, con otra sonora pitada para el central del Barça.

Tampoco se escapó del enfado de un grupo de aficionados el seleccionador Julen Lopetegui, llamado cobarde por seguir contando con el defensa, mientras que fuera de las instalaciones, un grupo de jóvenes con el rostro tapado quemó una estelada después de que se les prohibiese la entrada.

El seleccionador fue uno de los pocos que se quedó en el terreno de juego junto a los porteros David de Gea y Kepa Arrizabalaga y a Saúl Ñíguez, Iago Aspas, Thiago Alcántara y Pedro Rodríguez. Sergio Ramos, que se quedó en el gimnasio, Aritz Aduriz y Pepe Reina ni siquiera saltaron al primer entrenamiento, aunque la RFEF no informó de ningún percance físico.