| 22 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Mourinho, señalando la altura de la portería.
Mourinho, señalando la altura de la portería.

Una portería de lo más extraña en el partido del Tottenham en Europa League

El propio Mourinho comprobó que las porterías del campo del Shkendija macedonio eran más bajas de lo reglamentario. Pese a las protestas, el encuentro se disputó igual y ganó el Tottenham.

| Redacción Deportes Deportes

Creíamos haberlo visto todo en el mundo del fútbol, pero resulta que el deporte rey nunca deja de sorprendernos. Ayer, además de la final de la Supercopa de Europa que el Bayern ganó al Sevilla, se disputaron los encuentros correspondientes a la penúltima ronda previa de la Europa League. Entre otros encuentros, el Granada, debutante en competiciones continentales, venció 2-0 al Dinamo de Tiblisi y solo le queda derrotar al Malmoe en el último encuentro para ser equipo de Europa League de pleno derecho. 

Pero la anécdota de la jornada se produjo en el encuentro que disputó el Tottenham de Mourinho en Macedonia ante el Shkendija. El equipo londinense se impuso por 1-3 y sigue adelante en el torneo. Pero lo más curioso sucedió al comienzo del partido. 

En el calentamiento en el Ecolog Arena, el estadio de la ciudad de Tetovo donde el Shkendija disputa sus encuentros, los porteros del Tottenham, tanto Lloris como Hart, notaron algo extraño en la portería. Era un poco más baja de lo reglamentario. Los guardametas alertaron del hecho a Mourinho que, efectivamente, comprobó que, por lo menos, el arco medía 5 centímetros menos de lo habitual. 

"Fue divertido porque mi portero me dijo que la portería era pequeña. Fui a ver y si que lo era. Sentí de inmediato que algo iba mal y conseguimos que entrara el delegado de la UEFA para comprobar que era cinco centímetros más baja. Pedimos entonces unas con las dimensiones adecuadas", bromeó el técnico portugués al final del encuentro. 

El asunto es que nadie hizo caso a las protestas del ex entrenador del Real Madrid y el encuentro se disputó igualmente. Menos mal que el resultado sonrió a los intereses de Mourinho y que el asunto no fue a más. Si hubiera sido de otra manera, habría que haber oído al técnico luso, que hubiera puesto el grito en el cielo. Y en esta ocasión, con toda la razón del mundo.