| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Un infarto en la grada de Cádiz paraliza un encuentro que ganó el Barça (0-4)

El árbitro mandó a los jugadores al vestuario después de paralizar un partido en el que los goles de De Jong, Lewandowski, Ansu Fati y Dembele quedaron en un absoluto segundo plano.

| Agustín Díaz Deportes

Un infarto de un aficionado en la grada del Nuevo Mirandilla paralizó el partido que el Barcelona estaba ganando al Cádiz (0-4) con goles de De Jong, Lewandowski, Ansu Fati y Dembele en una accidentada segunda mitad. Xavi Hernández, consciente de que el martes tiene una gran reválida europea frente al todopoderoso Bayern en Munich, sacó un equipo lleno de suplentes, pero medio Barça fue lógicamente suficiente para derrotar a un Cádiz que no tiene ninguna buena pinta este año. 

En el lateral derecho del Barça debutó Bellerín y en el centro de la defensa fue titular hasta Piqué, que no se había estrenado en lo que va de temporada. Hasta nueve cambios realizó el técnico de Terrassa, que solo se alteró en esa primera parte en una jugada bastante clara de penalti que el árbitro, Del Cerro Grande. Fue en el minuto 37, cuando Balde penetraba en el área e Iván Alejo no lo pudo parar de otra manera que con una clara falta. El colegiado no lo entendió así y desde el VAR no consideraron avisarlo para que pudiera ver la jugada en la televisión. El enfado fue grande en las filas barcelonistas, más aún sabiendo que el equipo culé era incapaz de superar con goles al once cadista. 

Todo cambió en la segunda parte. Piqué, como acostumbraba, retornó al campo dialogando con el colegiado, sabedor de que la opinión ya no iba a cambiar, pero también de que sus palabras podrían influir en el comportamiento del árbitro en esa continuación del partido. 

Cuando Xavi Hernández ya preparaba un triple cambio rompedor, Lewandowski, Pedri y Dembele, el Barcelona se pudo por delante en el marcador. Fue en un buen pase de la muerte de Gavi que acabó con un centro a la red de De Jong. Con 0-1 en el marcador entró el tridente titularísimo y de las primeras ocasiones en las que tocó el balón Lewandowski lo hizo, cómo no, para marcar el segundo gol del encuentro

Infarto en la grada del Nuevo Mirandilla

Con el 0-2 en el marcador y el encuentro ya completamente resuelto, consistía en dejar pasar los minutos uno tras otro. Y, en esto sucedió un hecho que marcó por completo la parte final del encuentro. En torno al minuto 80 del encuentro el público empezó a girarse hacia uno de los fondos del Nuevo Mirandilla alarmados por el hecho de que un aficionado se sentía indispuesto. Los gritos aumentaron y el árbitro decidió detener el encuentro, mientras los servicios sanitarios entraban en la grada para socorrer a la persona, según Movistar+, un hombre de avanzada edad que comenzó a sentirse indispuesto. 

El silencio del estadio era absolutamente acongojante y muchos jugadores se dedicaron a rezar por la salud del enfermo. Incluso hubo lágrimas en los ojos de algunos de los futbolistas. Un hombre, que luego se supo que era un cardiólogo, cruzó por el césped hasta llegar a la zona del enfermo, al que se trataba con un masaje cardiaco y utilizando un desfibrilador, que llevó el propio portero del Cádiz, Conan Ledesma, a la grada a toda velocidad. Cuando el reloj marcaba el minuto número 100, el árbitro ordenó a los futbolistas que se introdujeran en el vestuario. 

Más de media hora después de que el partido se paralizara, los jugadores volvieron a salir al césped para realizar un calentamiento. Afortunadamente, se informó de que el hombre, de 80 años, había podido ser trasladado a un hospital cercano con pulso. También fue ingresada su hija, con un fuerte ataque de ansiedad. 


En la reanudación, Lewandowski realizó otra nueva obra de arte, cediendo el tercer gol a Ansu Fati y en la prolongación llegó el cuarto de Dembele, pero el fútbol era, con diferencia, lo menos importante de la noche en Cádiz.