| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.
Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.

Descansa en paz, don Santiago

El legado de Bernabéu, liquidado. El club más popular y propiedad de sus socios, ventilado. El Pérez Sociedad Anónima Encubierta, en todo su esplendor.

| Miguel Queipo Deportes

El pasado 17 de abril, sábado, tuvieron lugar las exequias por el difunto Felipe de Edimburgo. Un día después, con nocturnidad y alevosía y gracias a la intervención del ego exacerbado de algunos dirigentes futbolísticos con menos cultura deportiva que la fábrica de Matutano, tuvo lugar en Madrid el entierro definitivo, sepultado bajo toneladas de cascotes y de billetes, de Don Santiago Bernabéu de Yeste, presidente del Real Madrid desde 1943 a 1978.

La Superliga Europea de Fútbol, ese engendro secesionista e insolidario, mató definitivamente al que parecía eterno patriarca blanco. El actual mandamás blanco, Florentino Pérez, ha decidido enterrar el legado del club blanco en mitad del desierto en un sarcófago para que nadie se acuerde de él y así, en luces de neón, como en un bar de carretera, sólo refulja su nombre.

Florentino sólo tuvo en mente una cosa cuando llegó a la poltrona blanca, allá por el año 2000: ser más que Bernabéu. Convertirse, por los medios que fueran, en el capitalizador de los sueños de todo el madridismo. El primer paso era conseguir más títulos que Don Santiago. Y a fe que está cerca, al menos en Europa. Cinco Champions ha conquistado, por seis el de Almansa, y aún queda ésta en disputa. En competiciones domésticas no hay color, claro, por eso el oficialismo no las cuenta: dieciséis ligas contra cinco, y seis Copas de España contra dos.

Pero no sólo de títulos vive el ego florentinista, así que había que acabar con todo el legado de Don Santiago. Parafraseando a Alfonso Guerra, a este Madrid “no le va a conocer ni la madre que lo parió”. El eterno presidente blanco inauguró, el 14 de diciembre de 1947, un estadio que acabó llevando su nombre por aclamación popular de los socios. Un recinto que ha sufrido diversas remodelaciones pero que mantenía los trazos gruesos del diseño exterior, obra de Muñoz Monasterio y Alemany Soler. Florentino y sus grúas amigas ya están acabando con eso: el Madrid tendrá su nuevo y magnífico estadio, de diseño cuanto menos singular y que no se parecerá en nada al diseño original. Dicen que le conservarán el nombre, pero nadie duda de que acabará llevando el apellido del actual presidente blanco antes de 2025.

A Don Santiago Bernabéu le dio también por construir una Ciudad Deportiva en 1963 que era la envidia de Europa. No solo recintos de entrenamiento para los equipos y la cantera, sino un club social para uso y disfrute del madridismo con piscinas, campos de tenis, pista de patinaje, estadio de atletismo, zonas de asueto… Florentino, en una operación urbanística sin parangón, clausuró aquello y construyó una Ciudad Deportiva nueva en Valdebebas. Tremenda. Espectacular. Pero a la que el socio no tiene acceso, salvo en visitas guiadas, no sea que vayan a mirar algo que no se puede mirar, debe ser. Socios de un club deportivo que pagan su cuota y que no pueden acceder a las instalaciones por las que pagan, un hecho igual de singular que las remodelaciones de Estatutos.

Aún quedaba una pata del Bernabeuismo por talar.  El 3 de septiembre de 1955, en Lisboa, el Sporting de Portugal y el Partizán de Belgrado empataban (3-3) en el primer partido de la Copa de Europa de Clubes Campeones. Una competición demandada por todos los aficionados europeos, que ansiaban conocer quién era el mejor equipo del Continente tal y como sucedía ya en Suramérica, y que Don Santiago Bernabéu, ayudado por L’Equipe y por el vicepresidente de la UEFA Gusztab Sebes, consiguió sacar adelante.


La Superliga de Pérez

En agosto de 2021, o quizás de 2022, la Copa de Europa de Don Santiago pasará a ser un recuerdo. Llega la Superliga de Pérez, pero al revés que el Ratoncito éste no te va a dejar un regalo a cambio de un diente, sino que te va a sacar los higadillos. ¿O es que alguien se cree que la fiesta, ésa que dicen que celebrarán los clubes participantes al cobrar cuatro veces más que ahora en la Champions, no la van a pagar los aficionados, que verán cómo el precio de entradas, abonos y packs televisivos se multiplicarán por cinco?

Si Don Santiago levantase la cabeza… Adiós, Estadio, Ciudad Deportiva y Copa de Europa. El legado de Bernabéu, liquidado. El club más popular y propiedad de sus socios, ventilado. El Pérez Sociedad Anónima Encubierta, en todo su esplendor. Quién te ha visto y quién te ve, mi Madrí.