El ex del Atleti que ha encontrado su refugio en Dios

La vida da muchas vueltas. Un día eres futbolista de élite con un buen sueldo y al siguiente entregas tu vida a Dios y a la música. Ese es el camino que ha llevado Jackson Martínez, exjugador del Atlético de Madrid en la temporada 2015-16 y uno de los mayores fracasos de la 'era Simeone'.

El delantero colombiano se retiró del fútbol el año pasado después de un sinfín de lesiones y desde entonces ha encontrado su camino en la religión y en la música. De hecho, en estos momentos está promocionando su segundo disco.

En una entrevista concedida al 'Canal 1' de su país natal, Jackson ha confesado los problemas que tuvo durante su carrera: "En mi caso, comencé a sentir que algunas amistades con las que yo iba de fiesta a tomar algo... Me rodearon de alcohol, cigarrillos y de muchas otras cosas también".

Ese fue uno de los factores del declive de un ariete con unas condiciones sobresalientes. "Yo tenía una vida de lujuria y gozo de pecados, disfrutaba pecando porque no lo veía así, lo veía normal, como todo el mundo lo hace. Tú no vas a ver a Dios como tu todo hasta que sea lo único que tengas, por eso tomé la decisión de enfocarme en él", ha asegurado.

"Yo tenía una vida de lujuria y gozo en los pecados, disfrutaba pecar porque no lo veía así", reveló el delantero colombiano, Jackson Martínez sobre sus tiempos de jugador, quien ahora se dedica a cantar.

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— Radio América (@radioamericaof) October 13, 2021

Jackson Martínez llegó al Atlético de Madrid en el verano de 2015 procedente del Oporto -a cambio de 35 millones de euros- como fichaje estrella, pero se marchó al Guangzhou Evergrande apenas media temporada después con 22 partidos disputados y solo tres goles en su haber.

Sobre su etapa en el cuadro colchonero habló tras su retirada en 'Récord': "No hay que decirlo todo. Si no es necesario, no hay que decirlo todo. Han pasado cosas con las que he sido reservado. Pero puedo decir que no tuve problemas con mis compañeros, no tuve problemas con el entrenador. Simeone es exigente, es un ganador y es un entrenador que me dijo enseguida que todo lo que tenía que decir me lo decía él y viceversa. Había ese respeto. Ahora bien, no vale la pena mencionar lo que sucedió fuera de eso. Pero no tengo dudas: si esa lesión no hubiera sucedido, las cosas hubieran sido diferentes".