| 30 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Griezmann y Saúl se lamentan de lo ocurrido tras el final del partido ante el Leverkusen.
Griezmann y Saúl se lamentan de lo ocurrido tras el final del partido ante el Leverkusen.

Solo Oblak se atreve a decir del Atlético de Madrid lo que todo el mundo piensa

Después del dramático final ante el Leverkusen, Simeone admitió que era su momento más triste al frente del equipo rojiblanco, excepción hecha de las dos finales de Champions League perdidas

| Agustín Díaz Deportes

Lo cierto es que el destino fue muy cruel con el Atlético de Madrid. La historia, no por absolutamente extraordinaria, es menos conocida. Con el partido ante el Bayer Leverkusen ya concluido con un empate, 2-2, insuficiente para el equipo rojiblanco, el árbitro Turpin se dirige a la pantalla para comprobar si había penalti en la última jugada del encuentro. El colegiado galo confirma que es mano dentro del área alemana y señala la máxima pena. Carrasco coge el balón y, pálido, golpea el balón sin apenas convicción. Hradecky rechaza, Saúl cabecea al travesaño y el posterior remate de Reinildo golpea en el talón del belga cuando ya se colaba en la portería alemana. Una absoluta tragedia en varios capítulos a cual más terrorífico. 

Ese gol que nunca llegó habría dado opciones al Atleti de, como ya ocurrió la pasada temporada, jugarse el pase a octavos la semana que viene en el campo del Oporto. Sin ese gol que nunca llegó, el equipo de Simeone se queda solo con opciones de jugar la Europa League. Y para asegurarlo deberá ganar el martes en Do Dragao. Actualmente, saca un punto al Bayer Leverkusen, por lo que, en caso de no vencer al Oporto, dependerá de lo que haga el Leverkusen frente al Brujas. 

En pocas palabras, un desastre absoluto, un ridículo histórico, un extraordinario fracaso. Porque el único partido que el Atlético ha ganado en esta fase de grupos de la Champions, el inaugural ante el Oporto en el Metropolitano, fue casi tan estrambótico como el de ayer, con un equipo portugués muy superior al que se venció en el minuto 100. Porque el equipo de Simeone cayó con merecimiento tanto en Leverkusen como en Brujas, ante dos equipos de medio pelo a los que no fue capaz de superar en el Metropolitan, pese a merecerlo, especialmente en el partido ante los belgas. Cuando se celebró el sorteo, el Atlético, con razón, se las prometía muy felices para ser primero de grupo. Lo que sucedió después solo tiene una palabra, bueno, mejor dos, fracaso absoluto

Y esas fueron las palabras del capitán, Jan Oblak que, pese a encajar dos goles ante el Bayer, evitó la victoria germana con varias paradas de grandísimo mérito. Preguntado por si era un fracaso quedarse fuera de la Liga de Campeones a las primeras de cambio, el esloveno no dudó. "Sí, estábamos en un buen grupo para pasar de ronda". "Es una manera muy cruel de caer. En la segunda parte hemos hecho todo para ganar pero los partidos anteriores no han castigado. No hemos tenido la suerte que hacía falta. No se puede decir más que estoy decepcionado. Es un resultado muy duro", reconoció Oblak. 

Por su parte, a Simeone le preguntaron en la rueda de prensa posterior al partido si el de anoche era el momento más duro de sus casi 11 años en el Atlético, excepción hecha de las dos finales de Champions perdidas ante el Madrid. Y la respuesta, no por lacónica fue menos concluyente. "Sí", aseguró el técnico argentino. 

El entrenador del Atleti también fue cuestionado sobre el hecho de que Carrasco fuera el encargado de lanzar el penalti decisivo, cuando en el campo también estaban tanto Griezmann como Joao Félix. Y lo defendió así. "Igual que contra el Espanyol, en el último minuto y tiró él en un momento difícil del equipo y consiguió el gol. También lanzó contra el Real Madrid y es uno de los tiradores que pueden hacerse cargo. Griezmann estaba cansado y el camino de Yannick le tomó a asumir la pelota y la responsabilidad y eso es muy valorable".

A diferencia de lo que ocurre en el resto de los partidos, Simeone optó por acompañar a sus futbolistas, que permanecieron durante diez minutos en el césped una vez que concluyó el encuentro. Todos con la mirada perdida, solo acertaban a aplaudir agradeciendo la reacción del público que, en vez de abroncar por el ridículo consumado, se dedicó a agradecer el esfuerzo de sus jugadores. 

Y Joao Félix, en cuclillas fuera de la jugada

El último minuto del partido fue tan surrealista que no demasiada gente prestó atención a la posición de Joao Félix. El portugués, al Simeone sacó en el minuto 87 en busca de la remontada final, asistió al lanzamiento de penalti en cuclillas y junto al córner, completamente apartado de la jugada. Además de estar en una posición ilegal, no puede haber nadie por delante del balón, demuestra la nula conexión del luso que, debió pensar que el partido concluía con el lanzamiento de la máxima pena. Pero, como todo el mundo vio, hubo mucho más. La culminación absoluta del desastre.