| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Athletic 1 – 0 Real Madrid: Ancelotti encalla en Bilbao

Berenguer, tras un error infantil de Casemiro, da a los Leones el pase a semifinales, en las que también estarán Betis, Rayo y Valencia.

| Miguel Queipo Deportes

Alineando a jugadores que hace apenas 48 horas estaban disputando choques en el otro lado del mundo. Agotando a los habituales. Con Bale, Hazard y Jovic sin disponer de minutos. Con solo dos cambios durante el partido pese a que el equipo apareció agotado desde el minuto 75 (tampoco es que luciera mucho mejor antes).

El Real Madrid, el líder de LaLiga, se despidió de la Copa en cuartos de final tras perder (1-0) ante un Athletic que fue mejor durante gran parte del partido y que supo aprovechar por medio de Berenguer un error infantil de Casemiro cuando el partido agonizaba. Athletic, Betis, Rayo y Valencia se juegan la Copa.

El partido fue una declaración de intenciones de Ancelotti, por si ahora que entra en febrero queda algún despistado. Su once de gala es su once de gala, y solo hay cambios por causa mayor; entre ellas, no cuenta haber jugado al otro lado del mundo hace menos de 48 hora. Sin Carvajal, sin Mendy y sin Benzema, Carletto puso a sus recambios habituales: Lucas Vázquez, Nacho y Asensio/Rodrygo. Jovic, Bale y Hazard son los Dembelés del italiano, aunque sin tanta polvareda mediática.

En San Mamés hay siempre dos cosas claras: una es que la afición va a apretar a su equipo hasta la extenuación (pese a la panda de cafres que apedreó el autobús del Madrid a su llegada al estadio, partiendo una luna) y la otra es que el Athletic se va dejar el alma. Y en ese ambiente tan hostil, el Madrid vivió una primera parte al límite. Comenzó mal, muy mal, sin oler el balón, con Kroos en un partido con el punto de mira extrañamente descolocado y con Modric transparente, y el Athletic era una flotilla de Dráculas persiguiendo una bolsa de sangre.

Ese ansia (ansia viva, añadirían algunos) por morder hizo que los del Athletic pegaran más patadas de las debidas, casi siempre todas con el mismo receptor: un Vinicius al que consiguieron desquiciar y que hasta que no se serenó, comenzó a sonreír y entendió que aquello también era fútbol no entró en el encuentro. Era lo único positivo del Madrid, porque el experimento Asensio-Rodrygo no termina de funcionar. Son tan fríos, dos cubitos en un vaso de whisky dentro de un iglú, que cuando un partido es caliente parecen dos Djokovic en un hotel de Melbourne: no entienden qué ha pasado para estar ahí, en medio de todo ese lío.

Tampoco es que el Athletic dispusiera de ocasiones claras, apenas un disparo a puerta en todo el primer acto aunque varios chuts fuera, un puñado de córners, esa sensación de que al rival no le pasaba el aire por la garganta. El Madrid en ataque era nada, pero en defensa Lucas Vázquez y Nacho, dos canteranos vilipendiados por la crítica, sostuvieron de manera magistral atrás al equipo. También Militâo anduvo contundente, mientras que Alaba no pareció ser una solución real como lateral porque Nico Williams, hasta que se lesionó casi al filo del descanso, era un tábano alrededor de un caballo sin cola.

Como en la segunda parte el guion no cambió, salvo que a la hora exacta de juego Vinicius se fue del partido, absolutamente asfixiado, para que ocupase su lugar Isco, el Madrid flotaba en medio de la tormenta mientras el Athletic era incapaz de hacerle cosquillas al líder de LaLiga, más aún porque Militâo fue creciendo hasta convertirse en un titán por alto y bajo. No había ocasiones reales, en ninguna de las dos porterías, pero la pujanza seguía pareciendo más rojiblanca.

Y el partido se decidió por dos errores de Casemiro. Primero, porque desaprovechó la única ocasión clara del Madrid en el partido, disparando a las manos de Julen Agirrezabala tras recibir un pase soberbio de Asensio. Y a dos del final, con los dos equipos rotos y con la mente en la posible prórroga, perdiendo un estúpido balón ante Vesga en los alrededores del área de Courtois, que provocó que Berenguer, con el Madrid saliendo y descolocado, superase de un zapatazo al belga.

El Madrid se despidió de la Copa por numerosos errores achacables al banquillo. Y eso, cuando se habla de Ancelotti y teniendo en cuenta los antecedentes, da un poco de miedo, así como Queiroz. Veremos en Liga y Champions.