| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Real Madrid 0 – 4 FC Barcelona: Ancelotti se inmola en una noche negra

Los azulgranas se pasean en el Bernabéu tras un pésimo partido del Madrid. Courtois fue el mejor de los locales.

| Miguel Queipo Deportes

No hay que buscar mucho: Ancelotti se inmoló en una noche negra del Real Madrid, y no sólo por su ridículo uniforme de local. Un planteamiento terrible del preparador italiano, dos decisiones tácticas que no sólo no mejoraron al equipo si no que lo empeoraron y una incapacidad manifiesta para lograr que su equipo se sobreponga a la adversidad.

El Barcelona se dio un paseo por las obras del Bernabéu (0-4, doblete de Aubameyang, goles de Ferrán Torres y Araújo) para dar un puñetazo en la mesa y decirle al mundo que no se había ido, que estaba de parranda. Claro, que si siempre tiene un entrenador como Carletto delante le será más fácil superar la resaca sin necesidad de aspirinas.

El partido le nació al Real Madrid torcido por las ausencias de Mendy y Benzema, más aún por la Carlettada de Ancelotti. Tras ocho meses jugando un mismo sistema, con cero variaciones, decidió incluir a Valverde por el delantero francés, lo que dejaba al Madrid con cuatro centrocampistas ante la previsible superioridad en el manejo de los de Xavi. Pero no fue así. Tras unos minutos de tanteo, y después de que Valverde arrancara como extremo derecho en una posición en la que sí había ensayado algo esta temporada, decidió meter a Modric de falso nueve. Y el Madrid, que tampoco es que hubiera arrancado muy boyante, se desparramó sobre el césped.

El Barcelona, libreto de siempre, controlaba la posesión y el Madrid, con un arranque de furia de Valverde y otro de Rodrygo, había dispuesto de dos ocasiones. Pero tras ese cambio de posiciones de Carletto, su equipo dejó de existir. Aubameyang y Araújo, ambos tras sendos centros de un Dembélé que transitó por las obras del Bernabéu como si fuera el capataz, pusieron el 0-2 antes del descanso. En los dos casos, los dos remates barcelonistas aprovecharon el agujero sideral existente entre Militâo y Alaba, su peor partido de la temporada justo el día que más foco había sobre ellos. El Madrid no era nada, ni siquiera orgullo. Nada.

El Madrid tuvo toda la semana para preparar el partido, mientras que el Barcelona se jugaba la vida el jueves en Estambul, en la Europa League. Pero el italiano no fue capaz de enterarse de qué iba la vaina. Perdió a Modric situándole fuera de la creación; pareció no haber visto jamás jugar a Dembélé y Ferrán, dos puñales; limitó tanto a su centro del campo que el Barcelona jugó como si fuera una trituradora… Todo ello, conviene repetir, con siete días para preparar el duelo. Si eso no es firmar una sentencia de despido, se le parece mucho. «Prepatarion is everything», rezaba una publicidad en el estadio. Lo mismo el entrenador italiano debería fijarse en ella…

Y más porque Ancelotti sufrió un nuevo ataque de entrenador en el descanso. Buscando un imposible, decidió jugar con defensa de tres, además de meter a un Mariano que no jugaba un partido desde el Neolítico. Ferrán perdonó el 0-3 a los treinta segundos de la reanudación, pero no lo hizo a la segunda, a los dos minutos. Así que Ancelotti, un hombre de principios por lo que se ve, regresó a defensa de cuatro.

Pero el Barcelona era infinitamente superior, así que Aubameyang dibujó el póker poco después. Aquello olía a goleada histórica, porque, además, Courtois era, de largo, el mejor de los locales. O mejor dicho, el único. Noche negra para los blancos, y brillante para un Barcelona en el que Xavi le metió un meneo a su eterno rival de los que siempre soñó.

El entrenador barcelonista ha sabido inyectar sangre en el ojo de nuevo a su equipo, más aún si enfrente está su más odiado rival. Los nuevos fichajes han revitalizado al equipo, ha recuperado a Frenkie de Jong, los chicos que subió Koeman siguen teniendo protagonismo pero no recae sobre ellos toda la presión y el equipo ha vuelto a alzar el vuelo. Quedan nueve jornadas y hay doce puntos de distancia con el líder, aunque también un partido aplazado por disputar. Mal momento para recordar a Queiroz, así que no lo hagan.