| 26 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Procesión de Verstappen en un día negro para La Rossa

Día negro para Carlos Sainz y Fernando Alonso, que vieron truncadas sus carreras en la segunda vuelta del Gran Premio de Emilia Romagna, en el circuito de Imola.

| Miguel Queipo Deportes

Red Bull ha vuelto, aunque quizás nunca se hubiera ido. Max Verstappen se dio un festín en Imola, en el GP de Emilia Romagna, y ganó con puño de hierro la carrera en el trazado italiano, por delante de su compañero de equipo Checo Pérez y del McLaren de Lando Norris. En un día negro para Carlos Sainz y Fernando Alonso, que vieron truncadas sus carreras en la segunda vuelta de la carrera, el campeón del mundo dio un puñetazo sobre la mesa tras la victoria en la sprint race del sábado. Dos triunfos en casa del Cavalino Rampante, y la frágil moral de La Rossa resquebrajada.

 


Sobre todo, porque el GP para Ferrari fue horrible. No fue capaz de lograr la pole, Leclerc perdió la sprint race por la excesiva degradación de sus neumáticos y en la carrera, sus dos pilotos tuvieron la suerte en contra. En casa, en Imola, con los tifosi de vuelta masivamente a los circuitos tras la pandemia, con un coche que parecía dominante hasta el extremo. Pero a sus dos pilotos todo les salió torcido a lo largo del fin de semana.

El GP comenzó con la peor de las noticias para los dos pilotos españoles. La pista estaba mojada, pero no llovía, una situación que parecía fabulosa para ellos, salida con intermedios. Pero Carlos Sainz vio cómo el McLaren de Ricciardo le embestía en la segunda curva, con tan mala suerte de que su coche quedó varado sobre la grada, imposible salir de ahí. Segundo abandono de la temporada del madrileño, y el título Mundial que parecía comenzar a ponerse en chino mandarín.

En ese incidente de la primera vuelta, Mick Schumacher se llevó puesto a Fernando Alonso en un toque que parecía menor, pero que provocó que el asturiano fuera perdiendo partes del pontón derecho de su monoplaza y acaba abandonando cuando llegó a marchar octavo.

 


Verstappen consiguió aguantar en el primer puesto desde la pole, con Checo Pérez aprovechando la mala salida de Leclerc para situarse segundo, hacer de tapón entre su compañero y el monegasco y hacer de la carrera una procesión, todos siguiéndose sin posibilidad de adelantarse, más aún en la primera mitad de carrera, cuando Dirección de Carrera no permitía la activación del DRS.

 


Las posiciones permanecieron inalteradas, e inalterables, durante toda la carrera. Incluso con los cambios de intermedios a medios, no hubo grandes sustos. Hasta que de repente, Ferrari hizo aguas en lo de siempre, en la estrategia. Son latinos. “Charles, Plan B”, le dijeron a Leclerc, tercero holgadísimo. Eso suponía parar en boxes a trece del final, poner neumáticos blandos e intentar hacer la vuelta rápida para conseguir un punto extra. Pero salió mal. Leclerc trompeó en la Variante Alta, por ser demasiado agresivo tomando los pianos, y estampó el morro de su Ferrari contra las protecciones. Y tuvo suerte. Morro roto pero pudo reanudar la marcha, pasar por boxes y seguir en carrera.

No hubo vuelta rápida (se la llevó Verstappen, en fin de semana perfecto: pole, sprint race, ganador de la carrera y la vuelta rápida), pero al menos logró acabar sexto. Leclerc sigue líder del Mundial, pero Red Bull ha vuelto. Y Mercedes, parece. Russell fue cuarto, aunque Hamilton fue decimocuarto. Que un heptacampeón se active cuando lucha por coger un punto es complicado. Pero el Mercedes parece que se adapta mejor al nuevo piloto de la estrella que al de Sir Lewis.