| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Real Madrid 3 - 1 Atlético: El Niño Maravilla tumba al Atlético

No tiene la Prensa de otros. Pero Rodrygo es un espectáculo. Con un golazo maradoniano del Niño Maravilla, el Madrid remontó al Atlético (3-1) y está en semis de Copa del Rey.

| Miguel Queipo de Llano Deportes

No tiene la Prensa de otros. Pero Rodrygo Goes es un espectáculo de futbolista, que cada vez crece más. Con un golazo maradoniano del Niño Maravilla, el Madrid comenzó a tomar aire tras un pésimo primer acto ante el Atletico y pudo culminar la remontada (3-1) para clasificarse para semifinales de Copa del Rey.

Salió el Real Madrid al derbi copero contra el Atleti como el que se va de paseo un sábado en el Tren de la Fresa, esa recreación ferroviaria que une la capital con Aranjuez. Mirando el paisaje por la ventana, vaya. Volvían al once Modric y Kroos tras descansar en Liga ante el Athletic, pero su primer tiempo dejó una honda preocupación en el aficionado madridista. No están bien. Sin Casemiro, que a los de Ancelotti se les caigan los otros dos pilares fundamentales de la época dorada es una muy mala noticia.

Sin ellos, el Madrid funciona en ataque a base de arreones de Vinicius, de genialidades de Benzema y de las transiciones de Valverde. Pero no hay más. Demasiado poco. El Atlético, sin hacer nada del otro mundo y simplemente estando bien posicionado al estilo Simeone, supo maniatar a los blancos sin sufrir, excepto en una dejada de Karim a Vini que el brasileño no remató, y marcó por medio de Morata en una jugada en la que la defensa del Madrid tuvo menos tensión que una pila gastada.

El trantrán madridista duró hasta el descanso, con el Atlético comodísimo sobre el infame (otra vez) césped del Bernabéu. Griezmann era el principito, esta vez sí, sobre el maltrecho verde del recinto madridista, conectando con Lemar y Morata para crear muchos problemas a los blancos, absolutamente desconectados. Pero todo cambió tras el paso por garajes.

Porque Ancelotti dio con la tecla. Ceballos había entrado al final del primer tiempo por Mendy, lesionado en el muslo derecho tras otro partido horrible, y Camavinga se situó como lateral izquierdo, como en la final del Mundial. El Madrid creció, gracias a ambos. De repente, los jugadores se conectaron, poco a poco. Como en un circuito eléctrico. Bzzz, bzzz. Y al fin llegaron al partido.

El Niño Maravilla

Tampoco es que dispusiera de un torrente de ocasiones, pero sí logró sitiar al Atlético en su área. Oblak, por fin, tuvo que hacer guantes en el minuto 58 con un paradón a remate de Benzema, y el rechace lo marró Vinicius. Simeone reaccionó metiendo a Witsel por Morata, y Ancelotti mandó al campo a Rodrygo, por Valverde. El Atlético quería control y el Madrid, descontrol, donde mejor se mueven ambos.

La tendencia de ambos se acentuó cuando Asensio salió al verde por Kroos, mientras que Carrasco y Memphis apuntalaban el once atlético para buscar la contra que decidiera el choque. Y entonces apareció Rodrygo, el Niño Maravilla. Mientras todos los ojos están siempre sobre Vinicius, para lo malo y para lo bueno, el paulista está creciendo a una velocidad de vértigo desde la pasada temporada, y sin estridencias.

El golazo que marcó para el 1-1 no fue maradoniano, pero fue muy parecido algo que Maradona hubiera firmado. Potencia, conducción, clase, desborde y un toque sutil. Un golazo de bandera, un golazo de Rodrygo, un golazo del Niño Maravilla. El partido se encaminó a la prórroga, pero el Atlético fue el que menos lo quiso: una buena ocasión de Griezmann, que disparó alto, y otro de Memphis que tuvo que sacar Courtois. El belga, de nuevo, sostenía al Madrid cuando más le necesitaban.

La prórroga empezó fatal para el Atlético, con la cada vez más habitual cruzada de cables de Savic. Dos faltas consecutivas, en dos minutos, dos amarillas y roja. Los de Simeone embotellados y pasó lo que se veía venir: que marcó Benzema para ratificar la remontada madridista, algo que parecía imposible tras el espanto de primera parte de su equipo.

Quedaba el segundo acto de la prórroga, y el Madrid demostró que no sabe jugar a defender un resultado, y que lo que le va es ir a por un imposible y no dedicarse a cosas vulgares. El Atlético tuvo dos ocasiones claras, una de Memphis y otra de Carrasco. Ancelotti metió al debutante Mario Martín, uno de los medios centros canteranos esculpidos por Raúl en su Castilla, para sostener el medio centro. Y así fue, con gol postrero de Vinicius para el 3-1 final. El Madrid está en semifinales de Copa y el Atlético se quedó con el molde.