| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

Osasuna 0 - 2 Real Madrid: Valverde vuela sobre el nido de Vinicius Junior

Un tanto del Halcón uruguayo cuando peor pintaban las cosas para el Madrid y otro postrero de Asensio permiten al equipo blanco dormir a cinco puntos del liderato en Liga.

| Miguel Queipo de Llano Deportes

Un gol de Valverde a centro de Vinicius, cuando el partido hervía, acalló Pamplona. El Halcón Uruguayo metió el pajarito en la jaula, pero que el partido en El Sadar iba a estar marcado por Vinicius, para bien o para mal, estaba más claro que el caldo de un asilo. Por las circunstancias que sean, fundamentalmente porque los adversarios del Real Madrid saben que si sacan al brasileño del partido tienen mucho ganado y porque Vinicius ha optado por no arrugarse e ir de frente, todos los partidos de los blancos lejos del Bernabéu están sido así: un Vinicius contra el mundo. Esta vez ganó él, porque el Madrid se impuso 0-2, con Asensio redondeando sobre el marcador sobre la bocina.

El encuentro comenzó sorprendentemente plácido para los blancos: jugaban cómodamente en campo rival, ante un Osasuna sin dientes, y aunque no creaba ocasiones, excepto un mano a mano de Vinicius con Sergio Herrera que sacó de milagro el meta osasunista con el talón, todo parecía controlado. Pero de repente... El Madrid cortocircuitó.

Osasuna dio un paso adelante, empujado en la presión por Moi Gómez y por un Torró que le había metido un viaje a Camavinga que casi manda al francés a un hospital en una acción que pudo ser roja, que pareció naranja pero se quedó en amarilla. El Madrid no atinaba a superar la defensa escalonada en campo rival de los de Arrasate, y comenzó a sufrir. Y no sólo a sufrir, sino a desconectarse.

 

El primer desconectado fue Rodrygo, a quien la posición de nueve le sienta igual de bien que una peluca de colores. No, no es lo suyo. Militao, Rüdiger y Alaba eran incapaces de encontrar a Ceballos para darle salida al balón y Osasuna gozó de tres buenas ocasiones. O mejor dicho, dos (remate de Moi Gómez que sacó Courtois, disparo de Budimir que se fue lamiendo el poste derecho del belga) y media (Budimir estorbó a Torró en un intento remate casi bajo palos).

La erupción.

Como leen, no pasaba nada extraordinario. Pero el final del primer tiempo fue la erupción del Vesubio, léase Vinicius. Osasuna comenzó a buscarle las cosquillas, Vini no se arrugó y al descanso se llegó entre empujones, amenazas, dedos al aire, palabras gruesas y tarjetas. El cielo se había abierto sobre Pamplona, y se pudo abrir aún más si en el 53 no se hubiera anulado un tanto al propio Vini por un fuera de juego claro, o un poco más adelante cuando sentó a Moncanyola y erró con el estoque.

 

Pero Osasuna seguía a lo suyo: presionando, mordiendo, muriendo en el campo del Real Madrid. El Madrid achicaba agua y hasta el poste izquierdo de Courtois entraba en juego rechazando un disparo de Moi Gómez en el 62. El Madrid, ofensivamente, era Vinicius y nada más. Otra vez Sergio Herrera tuvo que frenar a Vinicius en un uno contra uno, con Asensio ya sobre el campo y el Madrid intentando cogerle el pulso al encuentro, pero el tiempo se agotaba y la Liga se escapaba.

Y cuando peor pintaba todo, apareció Valverde, llegando desde su posición de interior a posiciones de remate para pulverizar dentro de la red osasunista una asistencia de, quién si no, Vinicius. El Halcón Uruguayo, el Skywalker de la Galaxia Blanca. Luego ya todo fue coser y cantar. Salió al campo Álvaro Rodríguez, al que le dio tiempo a dar dos pases de gol: uno a Vini, en tanto anulado por fuera de juego, y otro a Asensio, que dio la puntilla al partido. El Madrid sigue en la pelea, algo que con Vinicius se ajusta más que nunca a la realidad.