| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Manchester City 4 - 0 Real Madrid: Manchester certifica el final de una era

Los de Ancelotti naufragan ante el equipo de Guardiola. Los sky blues trituran a los todavía campeones de Europa. Dos goles de Bernardo, otro de Álvarez y un autogol de Militao, goleadores

| Miguel Queipo de Llano Deportes

Es el fin de una etapa. Una etapa gloriosa. Pero el Madrid, que se ha tirado toda la temporada con la bombona de oxígeno, dijo "basta" en Manchester, ante el City, ante Guardiola, en semifinales de Champions. Los sky blues le dieron un severísimo correctivo (4-0) en un encuentro en el que los vigentes campeones fueron una caricatura durante 70 de los 90 minutos de partido. Bernardo Silva, dos veces, un autogol de Militao y un tanto de Julián Álvarez en el alargue llevaron a los locales a la final de Estambul ante el Inter y al Madrid, al rincón de pensar. Porque tiene que hacerlo.

Podría ser complicado tratar de tirar de memoria y encontrar chorreos al Real Madrid en los últimos tiempos, pero es que el curso pasado, en esta misma Champions, se llevó alguno que otro. Bien es cierto que durante menos tiempo, porque el Madrid tiene en el ADN una capacidad de flotabilidad que ya la hubiera querido para sí la naviera del Titanic, pero lo acontecido en el primer tiempo en Manchester fue un baño con todas las letras.

El Madrid no olió el balón. Literalmente. Salvo en una jugada aislada que acabó con remate al travesaño de Kroos, no pisó la mitad del campo en la que defendían los sky blues. Los de Ancelotti, incomprensiblemente con Militao y no con Rudiger, defendían con el culo aposentado en el punto de penalti, con el tridente Rodrygo-Benzema-Vinicius presionando arriba y dejando al equipo estirado en 50 metros. Pero falto de intensidad, además, así que el City apabulló a los blancos.

Courtois salvó con dos paradas ante Haaland que los de Guardiola se pusieran por delante, pero el burreo era de tal calado que fue imposible que el belga sostuviera a su equipo en dos remates de Bernardo Silva, imparables, con toda la defensa mal colocada, con el centro del campo permitiendo las llegadas de segunda línea. Kroos, Modric y Benzema eran espectros. No le llegó ni un balón en condiciones de jugabilidad a Vinicius o Rodrygo. Valverde era un náufrago y Camavinga no sabía dónde estaba.

Y de repente, volvieron.

En la segunda parte, el Madrid tuvo que dar un paso adelante, y descubrió que en Manchester el balón también es redondo. No es que tuviera mucha presencia ofensiva, pero de repente la posesión era suya, y en campo rival. No es que la cosa mejorase en cuanto a productividad, porque Benzema no era capaz de acelerar las jugadas y porque Valverde tuvo un día espantoso. Pero el Madrid amenazaba y el estadio mancuniano callaba esperándose lo peor, que para eso el Madrid lleva un 14 en la manga.

Una ocasión de falta de Alaba, que forzó a Ederson a hacer una buena parada, pero poco más. El City estaba demasiado asustado, aterido, viendo que el partido se convertía en un ida y vuelta y ahí esos muchachos de Madrid te matan a la que pueden. Haaland no atinaba, un espectro en la eliminatoria, pero el City se encontró con un autogol de Militao, con Rodri (el del City) bordeando el fuera de juego que sentenció la eliminatoria, 3-0.

Y ahí el catorce veces campeón tiró la toalla, hasta para llevarse otro gol más, de Julián Álvarez, en el alargue. Esta era, que parecía que iba a acabar el curso pasado, se acaba aquí. Porque los que peor nivel dieron fueron los más veteranos, los más laureados. Es la hora de la reconstrucción, pero este equipo tiene mimbres de sobra para hacerlo. En Estambul, eso seguro, no podrá empezar.