La hostelería madrileña perderá más de 100 millones por las medidas energéticas

En un comunicado, la organización cuantificó que, entre el 10 de agosto y el 30 de septiembre, la hostelería madrileña sufrirá una pérdida de facturación de 70 millones de euros. Esto supondría un descenso de un 3% de clientes, a causa del plan de ahorro energético aprobado por el Gobierno central.

Las previsiones no son nada positivas, ya que según la hostelería madrileña, las pérdidas pueden ascender hasta 520 millones de euros hasta septiembre de 2023 por el descenso de clientes y la desaceleración del turismo.

Hostelería Madrid precisó que la limitación a 25 grados de la temperatura mínima en los locales supondrá una reducción de al menos un 3% de la facturación de los establecimientos, unos 1.347.608 euros diarios, por la caída de clientes.

El sector regional preveía facturar 16.395 millones de euros en este año y estaba recuperando la facturación hasta llegar un 93% de los facturado en 2019. En este momento, la facturación es de un 7% inferior a la registrada antes de la pandemia.

Además, la organización advirtió de que la caída en los ingresos continuará este otoño ante un escenario de descenso de la facturación por la pérdida de renta disponible para las familias, por efecto de la inflación y la subida del coste de las materias primas. 

“La previsión para este invierno tampoco es positiva y a este frenazo en el consumo se unirá el impacto negativo de las medidas energéticas del Gobierno”, aseguraron desde Hostelería Madrid.

Asimismo, Hostelería Madrid estima que durante los meses de diciembre de 2022 a febrero de 2023, la limitación a 19 grados de la temperatura máxima ambiental en los locales y la pérdida de atractivo de Madrid, por el apagado de los escaparates, especialmente a la campaña de navidad, supondrá una pérdida diaria de un 5% de la facturación de la restauración madrileña que se traduce en 202 millones de euros de pérdida durante los tres meses de invierno.

Por ello, la hostelería madrileña pide al Gobierno que "establezca mecanismos para medir objetivamente el esfuerzo energético que se plantea a las pymes y pondere las medidas restrictivas de la temperatura en los locales, para que tengan el menor impacto en el empleo y no pongan en peligro su viabilidad".