Tras la subida del Euribor por 2º mes, las hipotecas mixtas aparecen como una gran alternativa, pero resulta vital valorar los importes y evaluar sus condiciones de pago antes de asumirlas.
Las hipotecas suponen un compromiso financiero a largo plazo que se debe evaluar con detenimiento. Al fin y al cabo, se trata de una deuda a liquidar en los siguientes diez, veinte e incluso treinta años, por lo que tiene un gran impacto en la situación económica de cualquiera que la contraiga. Bajo este panorama, es vital valorar los importes, revisar las condiciones de pago y conocer las opciones disponibles antes de decidir asumirla.
En nuestro país existen tres opciones de hipoteca en función de la variación de los tipos de interés que debe pagar el deudor. Estas son:
Como hemos dicho antes, las hipotecas mixtas funcionan durante un tiempo como fijas y el resto como variables. Por ejemplo, si una persona contrata una hipoteca mixta a veinte años, y su periodo fijo inicial es de 10 años, pagaría esos años con el tipo de interés acordado en el momento de firmar y los diez años restantes con un tipo de interés variable (compuesto del Euribor más el diferencial que hubiera acordado con su entidad), que se revisaría de forma semestral o anual según lo establecido en su escritura.
Como cualquier otro producto financiero, las hipotecas mixtas tienen puntos positivos y negativos. Entre las ventajas que ofrecen está:
Además, el tramo a tipo fijo genera tranquilidad al no variar el tipo de interés por subidas del Euríbor.
En cuanto a los aspectos no tan buenos, podemos mencionar:
Las hipotecas mixtas no son convenientes o inconvenientes por sí mismas, sino que dependerá de las condiciones de cada deudor, pues lo que funciona para una persona quizás no sea factible para otra. Aun así, pueden ser una alternativa interesante para aquellas personas que tienen la intención de amortizar una parte importante del capital durante los primeros años del crédito. Esto sucede porque mientras lo hacen, gozarán de cierta estabilidad en el pago de la cuota y después de la amortización sus intereses quedarían reducidos.
Otra situación en la que puede resultar interesante contratar una hipoteca mixta es cuando se compra el inmueble para venderlo al poco tiempo. De esta forma, mientras dure el compromiso de pago se disfrutará de un tipo de interés fijo más bajo, por regla general, que en las hipotecas fijas, sin llegar al tramo variable.
Las hipotecas mixtas pueden ser una opción interesante a la hora de solicitar un préstamo para financiar un inmueble, pues reúnen las ventajas de las otras dos modalidades para adaptarse a las necesidades de cierto perfil de persona o de inversiones. Sin embargo, lo mejor será consultar con la entidad financiera y valorar todas las posibilidades antes de asumir cualquier compromiso de esta naturaleza.