| 16 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El feminismo de pega de Irene Montero desaparece si el machista es Iglesias

La Ministra de Igualdad que invita a las mujeres a denunciar el acceso a su móvil de sus parejas se calle cuando eso y mucho más lo comete su jefe y pareja.

| ESdiario Editorial

 

 

Irene Montero se retrató este martes en el Senado con su silencio al respecto del "Caso Dina" y el comportamiento que, en torno a él, mantuvo el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, líder de Podemos y pareja suya.

Y es que la ministra se negó a responder a una pregunta del PP muy sencilla en la que se le inquiría si consideraba machista la actitud de Iglesias con Dina Bousselham, de quien retuvo durante meses el contenido de su teléfono móvil, sin que ella lo supiera, y se lo devolvió pasado ese tiempo alegando, ahora, que lo hizo por quitarle presión.

La intervención del móvil y el acceso a su privacidad ha sido considerado un acto denunciable de machismo por el propio Ministerio de Igualdad, que invierte millones de euros cada años en propagar campañas en las que, entre otras cosas, invita a las mujeres a denunciar ese tipo de hechos.

 

 

Montero, sin embargo, se calló, en la misma línea con que su partido y el PSOE han vetado la comparecencia de Pablo Iglesias en una comisión de investigación que indague en el fondo de este asunto: la utilización incluso de fiscales anticorrupción desde Podemos para librarle al vicepresidente de las consecuencias de su comportamiento, ayudarle a mantener un falsedad ante el juez y, finalmente, montar una lamentable cloaca contra periodistas críticos.

El feminismo de Montero queda así retratado como lo que es: una excusa ideológica para estigmatizar a sus rivales y manipular una causa noble con fines electorales. La misma ministra que rubricó con su actitud el infame lema de que "el coronavirus mata más que el machismo", impulsando un 8M que debió aplazarse pero incentivó un contagio masivo en España; guarda silencio ante un caso de libro para no perjudicar a su pareja.

En adelante, cuando la ministra pretenda dar lecciones de Igualdad, será sencillo recordarle este antecedente: las mujeres le preocupan lo justo para atacar al PP, Cs o Vox; pero no para defenderlas de verdad cuando el machista, entre otras cosas, es el padre de sus hijos y su jefe político. Elocuente.