| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Sánchez, en la tribuna del Congreso
Sánchez, en la tribuna del Congreso

Sánchez también pasará a la historia por hundir la Justicia

La colocación del exministro Campo en el Constitucional es la penúltima cacicada del presidente, que se jacta de que pasará a la posteridad. Y sí, lo hará, pero por acumular desastres.

| ESdiario Editorial

 

Sin el más mínimo rubor, el presidente Pedro Sánchez ha presumido de que pasará a la historia por haber sacado a Franco de su tumba en el Valle de los Caídos, entre otras cosas. Hay que darle la razón. Algunas de esas cosas giran en torno a su desmedido afán de mantener bajo su control instituciones claves del Estado, empezando por la Justicia. Ni el ego superlativo ni la ambición sin límite le van a permitir apreciar, eso sí, el tufo autoritario y el colosal desastre que nos deja.

Si no le tembló el pulso en convertir a la anterior ministra de Justicia en fiscal general del Estado, menos dudas iba a tener para hacer a Juan Carlos Campo magistrado del Tribunal Constitucional. Y por mucha buena fama que éste tenga de hombre de consenso y por más que su nombramiento esté avalado por la prerrogativa que posee el jefe del Gobierno para elegir dos magistrados, no deja de ser un exministro. Y nada más y nada menos que el responsable de pergeñar los indultos a los condenados por el procés, para más señas.

En Moncloa había mucha prisa por ocupar esas dos plazas en un órgano que, no se olvide, tiene la potestad de arbitrar la constitucionalidad de las leyes en España. Colonizarlo, por tanto, resulta clave para la agenda de compromisos y citas que tiene por delante el actual Ejecutivo

Y por si no había suficiente, la otra plaza que puede decidir Sánchez ha sido a manos de una directora general de la Presidencia del Gobierno, Laura Díez, cercana al ministro Bolaños. Y todo ello sin esperar a los dos magistrados que le corresponde proponer al Consejo General del Poder Judicial.

Como se ve, en Moncloa había mucha prisa por ocupar esas dos plazas en un órgano que, no se olvide, tiene la potestad de arbitrar la constitucionalidad de las leyes en España. Colonizarlo, por tanto, resulta clave para la agenda de compromisos y citas que tiene por delante el actual Ejecutivo.

 

Así, las cosas, el próximo 6 de diciembre más que festejar el 44 aniversario de la Carta Magna, lo que celebrará el presidente es una mayoría de izquierdas a su medida en el Tribunal Constitucional, en la confianza de que sus deliberaciones en torno a cuestiones del pasado y del porvenir se decanten del lado del Gobierno y se ajusten a sus necesidades. Otro motivo más, en fin, para que Pedro Sánchez pueda jactarse de pasar a la historia. Concretamente, por hundir la independencia judicial.