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Salvador Illa
Salvador Illa

El desastre de la vacunación en un dato: Cataluña solo puso dos dosis un día

Mientras los expertos reclaman tratar la vacunación como una "campaña militar", la realidad en España es que hay pocas vacunas pero además no se ponen rápido.

| Andrea Jiménez España

Cataluña solo puso dos dosis de la vacuna del coronavirus el 1 de enero. Es el dato más simbólico de un sorprendente fenómeno que nadie, ni en el Gobierno de España ni en las Comunidades Autónomas, ha sido capaz de explicar: con todo el país esperando el antídoto y la certeza de que no lo recibirán quizá hasta finales de año; las "pocas" dosis que han llegado no se están poniendo.

Las cifras son tremendas: en Madrid y Cataluña, las dos regiones más pobladas del país junto a Andalucía, solo se han puesto entre el 6% y el 13% de las unidades disponibles, que se elevan al 50% en el caso de Galicia, la comunidad que más prisa se está dando en proceder en una campaña que, como mucho, inmunizará a 2.5 millones de personas de aquí a primavera.

Fuentes regionales consultadas por ESdiario dan una explicación que, de algún modo, el Ministerio de Sanidad corrobora: la vacuna llegó con antelación a lo esperado y el despliegue logístico no estaba preparado. "Y tardará, no hay manos suficientes para atenderlo todo", añaden fuentes sanitarias a este periódico.

Los expertos piden tratar la vacunación como una operación militar; pero España la trata entre puentes festivos y vacaciones

El parón obedece también a un problema descubierto en los últimos días: si se pone la primera de las dos dosis que necesita la vacuna de Pfizer pero no se tiene todo preparado para la segunda, que ha de inocularse veinte días después, se corre el riesgo de inutilizarla.

Del retraso da idea una cifra que manejan los expertos: para tener a 35 millones de españoles vacunados de aquí a septiembre, deberían recibir su "ración doble" cinco millones de ciudadanos al mes: la realidad es que, en el arranque, solo la han conseguido 3.000 madrileños, 15.000 gallegos o 7.700 catalanes. Y el objetivo inmediato no mejora mucho las  expectativas.

Madrid, que tiene un cupo semanal de casi 49.000 unidades, aspira a poner un máximo de 15.000 esta semana, si bien fuentes autonómicas explican a este periódico que una vez pasadas las vacaciones el ritmo crecerá para llegar a los objetivos de gastar, cada siete días, todas las dosis asignadas.

 

Pero las cuentas no salen, y menos al contrastarse con lo que exige uno de los grandes expertos de la pandemia, exdirectivo de la OMS y voz clave en estos tiempos, Daniel López Acuña, muy claro y muy crítico con el Gobierno Central y con los autonómicos, a los que no cita expresamente pero reprende.

Respecto a las vacunas, el epidemiólogo ha incidido en que no se va a alcanzar un nivel de vacunación que permita ver "cambios importantes" en la incidencia hasta "dentro de varios meses", aunque "hay que apostarlo todo a vacunar intensivamente al mejor ritmo que se pueda".

"Operación de guerra"

En este sentido, ha denunciado que la vacunación en el Estado ha arrancado con ritmos "un poco lentos", ya que "en esto no se deben tener vacaciones ni días festivos". "Hay que vacunar como si fuera una operación militar y de guerra. Hay que vacunar sin cesar y todas las Comunidades van a tener que plantear si necesitan reforzar los dispositivos de atención primaria o algún otro dispositivo complementario".

Hay otra razón, aunque nadie la sostiene en público: en diciembre ha habido una combinación de puentes y vacaciones que ha tenido un efecto doble muy perverso. Menos personal disponible y más contacto social, lo que ha retrasado la vacunación y ha incrementado los contagios.

Algo ya denunciado por la Organización Médica Colegial la semana pasada, cuando advirtió de la falta de sanitarios disponibles y lamentó que, en ese escenario, el ministro de Sanidad abandonara sus responsabilidades para convertirse en candidato del PSC en Cataluña.