| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Pablo Iglesias, en Moncloa
Pablo Iglesias, en Moncloa

La Fiscalía ya anticipa protegiendo a Iglesias para qué quieren asaltar el CGPJ

El escandaloso comportamiento de la Fiscalía para librar al vicepresidente segundo del "Caso Dina" anticipa las razones por las que el Gobierno quiere controlar el Poder Judicial.

| ESdiario Editorial

 

En una decisión jurídicamente incomprensible, la Fiscalía Anticorrupción se ha movilizado esta semana ante el Tribunal Supremo en defensa de Pablo Iglesias y, en consecuencia, al ataque contra el juez García Castellón, responsable del auto que podría encausar al vicepresidente segundo por tres graves delitos.

Según la Fiscalía, que a la tara de origen por el nombramiento de Dolores Delgado le añade la evidencia de que varios fiscales estaban conchabados con Podemos; no hay razón para juzgar a Iglesias por el caso “Dina”. Que lo haga coincidiendo con las insólitas disculpas del teniente fiscal hacia uno de los fiscales de Anticorrupción sorprendido ayudando a la abogada del dirigente, resulta ya un escandaloso despropósito.

Todo ello unido sirve para reprochar al magistrado amenazado de muerte que, en lugar de hacerle caso a una Fiscalía politizada ya hasta límites sin precedentes y dar carpetazo al asunto, haya traslado al Alto Tribunal los indicios contundentes de varios delitos para que decida si merecen un juicio. Y vaya si lo merecen.

Es vergonzoso que la Fiscalía se movilice para tapar los posibles delitos de Iglesias. Otra razón para frenar el asalto al CGPJ

Esa actitud es, simplemente, inaceptable. Y  da la razón a García Castellón cuando, al percibir el alineamiento de la Fiscalía con el líder de Podemos, trasladó sus conclusiones al Supremo sin pedirle las suyas.

Recordemos que Pablo Iglesias se hizo la víctima del robo del teléfono móvil de su colaboradora, a la que parece haber dejado muda desde que le montó un periódico digital militante. Recordemos también que Iglesias tenía el contenido robado cuando denunció falsamente su sustracción ante el juez. Y recordemos, por último, que se lo calló todo ante la propia Dina Bousselham para guardar su tarjeta SIM durante meses y devolvérsela inservible.

Iglesias mintió ante el juez

Que Iglesias mintió ante un juez puede ser o no delito. Pero es un hecho constatado. Y que montó su campaña electoral denunciando una cloaca cuando la cloaca era él, también es incontestable. Si ante todo eso la mano de Delgado y las amistades íntimas de algunos fiscales pueden más que el criterio fundamentado de un juez experto, valiente y ahora amenazado; tendremos un problema.

El Supremo decide. Pero todo lo que no sea respaldar y atender a García Castellón, será una prueba más de que en España la justicia vive sus peores momentos. Y una razón más para evitar, a toda costa, que este modus operandi se convierta en el preludio de lo que vendrá si el Gobierno culmina su asalto al CGPJ.