| 23 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Arnaldo Otegi
Arnaldo Otegi

Pedro Sánchez entrega la estabilidad de España a sus máximos enemigos

En el peor momento del país en décadas, Sánchez se paga su supervivencia hipotecando su estabilidad, su dignidad y su viabilidad económica.

| ESdiario Editorial

 

 

Los Presupuestos Generales de España, así como la mera existencia y viabilidad del Gobierno que los presenta, van a depender de los partidos que han hecho de la desaparición de la España constitucional su razón de ser, persiguiéndola por métodos ilegales, caso de ERC, o consintiendo que se logre con el terrorismo, caso de Bildu.

Ni el partido de Otegi ha condenado la violencia ni Junqueras ha renunciado a la independencia de Cataluña, lo que anula con estrépito el único argumento que Sánchez podría alegar para tratar de adecentar, sin éxito, un pacto nefando.

Nada bueno se puede construir en un país con quien quiere destruirlo y marcharse; pero ni siquiera se puede intentar sin una renuncia expresa a su pasado más nefando: Otegi es el líder de un partido íntimamente ligado a ETA, condenado personalmente por su pertenencia a la banda terrorista.  Junqueras está en la cárcel por un grave delito de sedición. Y ninguno de los dos se arrepiente de nada.

¿Cómo va a salir del drama España entregando su estabilidad política y económica a sus enemigos?

Al contrario, respaldan a Sánchez porque refuerza sus planes, todos ellos alejados de la estabilidad que España necesita en su momento más dramático desde 1978. Que en lugar de responder a esa tragedia buscando consensos con la oposición, dispuesta a ello siempre; lo haga asentando una perversa agenda ideológica sustentada en la división y la ruptura; define al Gobierno y anticipa el desastre venidero.

Porque si los Presupuestos son un desastre contable que prolongarán la depresión económica ya vigente y la harán más grande y prolongada; el coste político que incorporan es insoportable. De un lado aumentarán la deuda y el déficit hasta extremos intolerables; pero de otro hipotecarán la supervivencia institucional de la España que conocemos.

Son unas cuentas para que Sánchez e Iglesias disimulen durante dos años, con dinero efímero de Europa, la ruina derivada de unas circunstancias muy adversas agravadas por su negligente gestión global. Y a cambio de ese triste beneficio coyuntural, hipotecan para largo tiempo la viabilidad económica de España y legitiman las aspiraciones de sus principales enemigos. Un desastre asegurado. Y un bochorno imborrable y humillante para las víctimas y el conjunto de los españoles.