Ayuso se convierte en un icono de Madrid y de la resistencia al sanchismo

Isabel Díaz Ayuso presidirá el PP madrileño desde finales de mayo, repitiendo la fórmula de Esperanza Aguirre como responsable del partido y presidenta autonómica a la vez con la que logró los mejores resultados históricos de la formación. Y el mayor avance económico y social de la región, por mucho que sus detractores intenten esconderlo apelando a los lamentables casos de corrupción que, sin duda, la rodearon.

Ayuso culmina así una carrera meteórica que la han convertido en un icono del centroderecha español e internacional. De ser una práctica desconocida hace apenas dos años ha pasado a ser una referencia ganadora con una receta sencilla de exponer pero difícil de aplicar: no entrometerse desde las instituciones en la vida de nadie; intentar facilitar su actividad económica y social y oponerse, con rotundidad castiza, al relato oficial de sanchismo, tan sectario como empobrecedor.

Ayuso dará la batalla al "dictatorial" Sánchez con un programa rompedor

La buena sintonía mostrada con el nuevo presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, entierra además el sorprendente pulso interno que mantuvo con Pablo Casado, detonante del fin de éste en la presidencia del PP: nadie entendió la crueldad con que trató a uno de sus mejores activos personales. Y nadie comprendió, tampoco, que frenara sus legítimas aspiraciones de liderar a la versión madrileña del PP como tantos otros presidentes autonómicos.

El balance de gestión de Ayuso es bueno y por ello tiene el abrumador respaldo de los ciudadanos. Por mucho que a Moncloa le moleste y despliegue el peor de los juegos sucios

Todo ello ha quedado superado en apenas unas semanas, lo que en sí mismo prueba la absurda magnitud del problema previo y coloca a Ayuso en el lugar adecuado para conservar Madrid y ayudar a Feijóo a hacer lo propio en España cuando haya Elecciones Generales.

Nuevas Elecciones en Madrid

Antes, los madrileños serán convocados de nuevo a las urnas, pues la convocatoria anticipada hace un año para evitar una posible moción de censura, negada en Madrid pero intentada en Murcia, no interrumpe el ciclo electoral, que prevé elecciones autonómicas para la primavera de 2023.

De esa cita, como de la andaluza del 19 de junio, depende en buena medida el futuro de la alternativa al actual Gobierno de coalición entre el PSOE, Podemos y los independentistas. Y si esa opción se consolida, una parte incuestionable del éxito será de Ayuso, cuyo balance de gestión es bueno y por ello tiene el abrumador respaldo de los ciudadanos. Por mucho que a Moncloa le moleste y despliegue el peor de los juegos sucios para evitarlo.