| 13 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Felipe de Borbón y Carlos Lesmes, en 2014
Felipe de Borbón y Carlos Lesmes, en 2014

A Sánchez no le preocupa la Justicia, le ocupa dominarla

El presidente del CGPJ debe denunciar el sistemático intento del Gobierno por invadir la independencia judicial, causa real del anómalo bloqueo del órgano.

| ESdiario Editorial

 

Pedro Sánchez se tomó como un objetivo prioritario, nada más llegar a Moncloa en 2018, adaptar el Poder Judicial a sus intereses, como hizo en ese mismo instante con RTVE. Todas y cada una de sus decisiones e intentonas fueron en esa dirección, resumida en el nombramiento de su ministra de Justicia, Dolores Delgado, como Fiscal General.

Una designación escandalosa, que va a ser revisada incluso por el Tribunal Supremo, que preludió una auténtica escalada colonizadora de la Justicia: desde el abordaje del Poder Judicial  para renovarlo con la mayoría de PSOE y Podemos, en contra pues de la Constitución; hasta la aprobación de una ley exprés para paralizarlo hasta que el PP se "rindiera".

Solo el rechazo de Europa, que tiene a España en la misma estantería que a Polonia en términos de independencia judicial, frenó probablemente los planes de Sánchez de convertir el Poder Judicial en una extensión de su Gobierno que dejara de darle disgustos y empezara a atender sus instrucciones.

Para Sánchez, todo lo que no sea tener a sus órdenes al Poder Judicial es inaceptable. Por eso hay que frenarle

Ése es el contexto, por mucho que Sánchez y sus incontables altavoces quieran limitar el debate al anómalo bloqueo del Consejo General del Poder Judicial y carguen en el PP la responsabilidad única de una situación que tiene remedio. Y es bien sencillo.

 

Basta con que el Gobierno renuncie a su vocación invasiva y acepte la recomendación europea de permitir que los propios jueces elijan a 12 de los 20 vocales del Consejo, librando al órgano de toda injerencia política, sin por ello perder la necesaria tutela del Congreso y el Senado.

¿Por qué Sánchez se niega a apoyar el procedimiento propuesto por Bruselas y aplicado, con matices locales, por la práctica totalidad de las democracias europeas? La pregunta es sencilla de formular, y la respuesta fácil de intuir: simplemente no quiere que el Poder Judicial tenga la independencia que merecen los ciudadanos pero, tal vez, importuna los planes del Gobierno.