| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Feijóo y el líder de la UGT
Feijóo y el líder de la UGT

Sánchez no baja impuestos para mantener su aparato clientelar: Feijóo acierta

Feijóo acierta al hacer bandera de la reducción de impuestos y de la "industria política" frente a un Sánchez incapaz de anteponer la salud de la economía a sus intereses partidistas.

| ESdiario Editorial

 

El presidente del Gobierno ha reiterado durante toda la semana su negativa a estudiar siquiera una bajada de impuestos, en la línea de todos los países de Europa, con un argumento peregrino: según él, hacerlo debilitaría el Estado de Bienestar y afectaría, por tanto, a capítulos esenciales como las pensiones, la educación o la sanidad.

Aún más, Sánchez guarda temporalmente en un cajón una reforma fiscal que elevaría el esfuerzo con Hacienda de los contribuyentes, uno de los cinco más altos del mundo: aunque la recaudación del Estado “vía impuestos” es menor en proporción al PIB que la media europea por la escases de contribuyentes fruto del paro y de la economía sumergida; el esfuerzo fiscal de cada ciudadano es mayor.

 

La realidad es que la inflación está destrozando la economía real (se calcula que 10.000 pequeños negocios han cerrado en el último trimestre) pero elevando la recaudación pública como nunca. Y la realidad, también, es que se puede reducir el gasto público sin tocar los servicios esenciales.

La eficiencia en el gasto es 14 puntos inferior en España que en los países de la OCDE, por la falta de controles, las duplicidades y los excesos, lo que supone un derroche anual de hasta 60.000 millones de euros, más que todo el gasto educativo español cada ejercicio.

Frente a este modelo, el PP ultima una propuesta de bajada del IVA al 4% en los suministros energéticos, una reducción de la llamada “industria política” y la aplicación de la rendición de cuentas con el gasto público y el cobro de impuestos: la Comunidad de Madrid, como ejemplo de ello, acaba de presentar un pionero programa para que los ciudadanos puedan comprobar en tiempo real cuánto pagan y cómo se gasta su dinero.

Acierta Feijóo

No hay mejor garantía de mantenimiento de lo público que el control de su coste y eficacia. Y no hay peor amenaza que mantener, en su nombre, un gasto inútil y político del que dan cuenta tres datos: España mantiene 22 Ministerios, diez más que Alemania; el número de asesores de Sánchez ha subido un 30% en plena crisis y Moncloa dedica 73 millones de euros a monitorizar las opiniones en los medios y en las redes sociales sobre el presidente del Gobierno.

El dilema es obvio: o se recorta el gasto político o se reduce el Estado de Bienestar y además se suben impuestos y se dispara la deuda pública, en un momento de crecimiento menor al esperado como señalan el FMI o el Banco de España, entre tantos otros. Feijóo parece dispuesto a optar por la primera opción. Y eso, entre otros argumentos, puede llevarle a La Moncloa. Pero sobre todo es un acto de justicia.