'TelePablo': el vengativo negocio del gurú de Podemos

La presentación de la televisión digital en la que Pablo Iglesias disfrutará de su nuevo púlpito ha confirmado lo que se barruntababan no pocos observadores: que la feroz campaña emprendida contra varios medios de comunicación de izquierdas no tenía más propósito que degastar a la competencia y allanar el camino a esta nueva criatura del jefe absoluto y absolutista de Podemos.

En concreto, la ofensiva que el gurú morado mantiene desde hace meses contra La Sexta, El País o la Cadena Ser -los medios, paradójicamente, que contribuyeron a auparle y que le dieron el nombre y el predicamento que ahora posee- no es más que un pretexto para promocionar su alianza con su padrino Jaume Roures como la auténtica alternativa "de izquierdas" al progresismo tradicional.

'TelePablo' es el nuevo producto de esa sociedad limitada con la que Iglesias y su patulea tratan de hacer dinero enarbolando la bandera del progresismo "de verdad"

Y esa alternativa se fundamenta, de acuerdo a los criterios sectarios del ex vicepresidente del Gobierno, en la idea de que el único medio de comunicación válido solo es aquel que esté bajo su control o dentro de su patio ideológico. La alergia a las libertades públicas, empezando por la de información, es lo que tiene.

Más allá de este déficit democrático que le viene de 'fábrica', esta nueva aventura de Pablo Iglesias se alimenta de su peculiar idea del negocio, sustentada en un dosis de resentimiento superlativa. Podemos es el mejor ejemplo de ese talante, en el que tampoco falta una egolatría y cesaropapisimo desmedidos: el partido morado se ha convertido en una empresa cuyos beneficios van a parar directamente a sus propietarios y su círculo más íntimo, a partir de la venta de un activismo de salón.

Las mentiras de Iglesias empiezan a estar muy vistas

'TelePablo', en fin, es el nuevo producto de esa sociedad limitada con la que Iglesias y su patulea tratan de hacer dinero enarbolando la bandera del progresismo "de verdad". Lo que cuenta y opine el resto no es más que la expresión del gran capital y del fascismo, o de los dos a la vez. Tal es la marca y consigna de la casa.

Claro que las añagazas y falsedades del fundador podemita empiezan estar muy vistas. Y sus compañeros y seguidores son los primeros en conocerlas de primera mano. Toda farsa tiene un límite e Iglesias empieza a bordearlo.