| 11 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Carmen Calvo y Pablo Iglesias
Carmen Calvo y Pablo Iglesias

El PSOE y Podemos se degradan aún más y ya insultan a los votantes

Lejos de la autocrítica, la izquierda reacciona a su fracaso extendiendo a los ciudadanos los insultos y la tensión que ya imprimieron contra sus rivales.

| ESdiario Editorial

 

Las consecuencias de del 4M  prometen ser muy intensas en España y van a reconfigurar tanto a la izquierda como a la derecha, aunque en un sentido quizá bien distinto: mientras relanzan claramente al PP; sitúan al PSOE en su verdadera dimensión. La de un partido con el menor apoyo a un presidente en la democracia que alcanzó el poder con una espuria moción de censura y lo ha mantenido con unos pactos degradantes.

En ese escenario, los grandes derrotados (PSOE, Podemos y Ciudadanos) han sorprendido por su falta de autocrítica; su reafirmación en los errores previos y la falta de asunción de responsabilidad en casi todos los casos. La izquierda, incluso, ha optado por insistir en la descalificación de sus rivales e incluso de los votantes,  insultándoles de una manera simplemente antidemocrática. 

 

Solo Pablo Iglesias ha asumido su estrepitosa derrota dimitiendo de todos sus cargos y sumiendo a Podemos en una crisis que puede ser irreversible. Pero su partido, lejos de moderar su lenguaje guerracivilista y de choque, ha achacado sus modestos resultados a los mismos enemigos imaginarios de siempre: los poderes ocultos o la prensa crítica.

El desprecio del PSOE y de Podemos a la ciudadanía se resume en las reacciones de la vicepresidenta Carmen Calvo y de Juan Carlos Monedero. La socialista ha llegado a comparar la victoria del PP con su lema a favor de la “libertad” con el Holocausto judío. Y el fundador de Podemos ha insultado a los votantes del PP con sueldos humildes diciendo que “no son Einstein”.

Tras insultar a sus rivales y quedar arrasada en las urnas, la reacción de la izquierda ha sido insultar a los propios ciudadanos

 

El PSOE ha optado además por esconderse: en 24 horas, unas Elecciones que eran para “salvar la democracia en peligro” se han transformado en unos simples comicios locales. Pedro Sánchez ha desaparecido y Ángel Gabilondo no ha aclarado su futuro.

El centroderecha

Por su parte, Ciudadanos, erradicado de Madrid, se ha limitado a emitir un mensaje victimista según el cual nadie les entiende pero ellos siguen teniendo razón. Ascender a Edmundo Bal a la vicesecretaría del partido equivale a resumir las Elecciones echándole la culpa a los demás, en un tono evidentemente más moderado pero igual de alejado de la realidad.

Entre tanto despropósito, indiciario del tono que la izquierda va a seguir imprimiendo a la vida pública en el futuro, queda una gran lección: cuando el centroderecha no compite entre sus tres partidos y concentra voto; la izquierda pierde más fácilmente.

La práctica desaparición de Ciudadanos facilita ese proceso sin necesidad de una integración entre PP y VOX, que puede ser complementarios sin necesidad de fusionarse para cubrir electorados compatibles pero no idénticos.