La producción ecológica aumenta un 286 % en los últimos 15 años

La agricultura ecológica es un invento relativamente nuevo. La producción ecológica se encuentra regulada en España desde 1989. En 1993 entró en aplicación el primer Reglamento comunitario que fue sustituido por el actual Reglamento 834/2007 del Consejo sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos.

La Unión Europea acaba de aprobar las nuevas normas sobre agricultura ecológica, que deberán ser refrendadas por el Parlamento europeo y el Consejo de Ministros de Agricultura, y entrarán en vigor en 2021, para que los actuales productores dispongan de tiempo para la adaptación. El objetivo de la nueva normativa es modernizar y homogeneizar la legislación vigente (la actual tiene más de dos décadas) con el fin de impulsar un sector que mueve en torno a 27.000 millones de euros, ha crecido un 125% en la última década y al que se dedican 400.000 nuevas hectáreas de suelo cada año en la Unión Europea.

Es un sistema de gestión y producción agroalimentaria que combina las mejores prácticas ambientales y la aplicación de normas sobre bienestar animal, junto con un elevado nivel de biodiversidad y de preservación de recursos naturales. La finalidad es obtener una producción a partir de sustancias y procesos naturales conforme a las preferencias de determinado tipo de consumidores, preocupados por la conservación del medio ambiente y el uso de medios de producción no de síntesis química. Todos los estudios sobre consumo realizados en España y en la Unión Europea coinciden en que hay unas demandas cada vez mayor de productos “verdes” entendiendo por ello productos medioambientalmente no agresivos.

En un estudio realizado por el Ministerio de Agricultura en el año 2014, se caracterizaba el perfil del consumidor español de productos ecológicos mayoritariamente como mujer, de entre 35-44 años, habitante de ciudades de entre 10 y 50.000 habitantes, de clase media-media alta, formando parte de un hogar de 4 personas, con estudios de segundo grado, segundo ciclo, y con un trabajo remunerado. Es por tanto un consumidor formado, informado, ideologizado en la defensa del medio ambiente, y con un poder adquisitivo por encima de la media.

El Servicio de Estudios Agrarios y Estadística de la Consellería de Agricultura acaba de publicar un informe sobre la evolución desde el año 2002 hasta el 2016 de la producción ecológica en la Comunidad Valenciana.

La superficie dedicada a cultivos ecológicos en la Comunitat Valenciana ha aumentado un 286% entre 2002 y 2016. Solo en el periodo 2014-2016 se incrementa en un 20%.En 2016, la tierra dedicada a este tipo de cultivos alcanzó las 61.016 hectáreas, lo que supone un hito en la Comunitat Valenciana y la sitúa en el 9,3% de la superficie de cultivo del conjunto del territorio.

Alicante encabeza

Por provincias, la de Alicante es la que mayor superficie dedica, con 35.769 hectáreas y un 58,6% sobre el total, siguiéndole la de Valencia con 17.125 hectáreas y un 28,1% y Castellón con 8.122 hectáreas y un 13,3%.

La vid, con 10.356 hectáreas es el cultivo que más superficie dedica a la agricultura ecológica en el territorio valenciano, seguida por los frutos secos con 7.323 hectáreas y por el grupo de cereales, leguminosas y otros, que alcanza 5.183 hectáreas. El olivar cuenta con 3.928 hectáreas y los cítricos, por su parte, suman ya 1.740 hectáreas de cultivo ecológico.

Por lo que se refiere a las actividades industriales derivadas de la agricultura ecológica, en 2016 el número de elaboradores alcanzó los 1.060 en la Comunitat, multiplicando por 10 los 101 de 2002, destacando en valores absolutos el número de actividades industriales de preparados alimenticios con 205, el de productos hortofrutícolas con 135, las 106 bodegas y las 70 almazaras ecológicas.

El análisis de las cifras nos muestra un sistema de cultivo que todavía no alcanza el 10 % de la superficie total, pero con una demanda creciente y de poder adquisitivo medio alto, lo que le hace atractivo para el productor agrario.

La vid es el cultivo que más superficie dedica a la agricultura ecológica seguida por los frutos secos . El olivar cuenta con 3.928 hectáreas y los cítricos, por su parte, suman ya 1.740 hectáreas

Queda mucho camino por recorrer para que la agricultura ecológica sea en cifras de consumo una alternativa a la convencional, pero cuidado con menospreciarla: todo le augura un futuro esplendido, sobre todo después de la reforma del reglamento de la Unión Europea que apunta hacía un modelo más homogeneizado, competitivo, fomentando el fortalecimiento de grandes operadores y productores, desvinculando la producción ecológica del comercio local y de la producción de pequeña escala, y apostando por un mercado único, que aumente la producción.

Con el nuevo marco, los productores más pequeños podrán unirse a esquemas de certificación grupal para beneficiarse de costos de certificación más bajos y tendrán acceso a un nuevo mercado de semillas orgánicas que mejorará la biodiversidad, la sostenibilidad de los cultivos e impulsará la innovación.