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El P. Doñoro con un grupo de colaboradoras oriolanas del Hogar Nazaret
El P. Doñoro con un grupo de colaboradoras oriolanas del Hogar Nazaret

Un tractor llamado Orihuela

Ante la pobreza material, que genera a su vez una pobreza moral, el reto del Hogar Nazaret es que los niños y adolescentes del Amazonas tengan oportunidades de desarrollo

| Redacción Orihuela Edición Elche

Ayer estuvo en Orihuela un hombre excepcional, Ignacio María Doñoro de los Ríos, nacido en Bilbao hace 57 años, cuya vida es igualmente admirable. Licenciado en Teología Dogmática por la Universidad Católica de Valencia y ordenado presbítero en 1989, después de siete años como párroco en la diócesis de Cuenca ingresa (1996) en el Servicio de Asistencia Religiosa de las Fuerzas Armadas con el grado de capitán-capellán. Sirve en cuarteles militares y comisarías del Cuerpo Nacional de Policía de Guipúzcoa y un año más tarde comienza a participar en misiones especiales de ayuda humanitaria internacional con el Ejército español, que le llevarán primero a Bosnia (1997) y después a Kosovo en dos ocasiones (2000 y 2008).

En julio de 2001 es destinado como capellán a la Comandancia de la Guardia Civil de Inchaurrondo, con el grado de comandante. Al año siguiente crea el capítulo José María Martínez de Rituerto, de la Asociación Cultural Santiago, para apoyar a la infancia e instituir becas destinadas a los huérfanos del Cuerpo Nacional de Policía. 

En 2002 se produce un hecho que marcará un antes y un después en su vida. Comisionado para un proyecto de ayuda humanitaria en El Salvador, encuentra a un niño que habían vendido para el tráfico de órganos; poniendo en peligro su propia vida, se hace pasar por traficante de órganos y consigue rescatarlo. A partir de ese momento, decide dedicarse a luchar contra la trata de menores. Al volver a España funda Anaitasun Eusko Elkartea (Asociación Vasca por la Hermandad) con la finalidad de recaudar fondos para llevar a cabo los proyectos de San Salvador. 

En 2003 vuelve a El Salvador, donde sufre amenazas por parte de grupos armados, pero continúa adelante con su labor de rescate. A finales de ese año funda la asociación Acción Unida de Europa con el propósito de crear hogares para niños indigentes de Bogotá (Colombia). En 2005 es destinado a la Academia de Oficiales de la Guardia Civil (Aranjuez). Ese año crea SOS Infancia, colaborando con tres casas de rescate en Tánger (Marruecos). La primera casa está destinada a recoger niños de la calle; la segunda acoge a madres adolescentes y está dirigida por las Misioneras de la Caridad; la tercera casa es para prevención y rescate de niñas adolescentes y se ocupan de ella las monjas Adoratrices. También surgen casas en Beira (Mozambique) para proteger a niños abandonados y niños con VIH.

En enero de 2011, el sacerdote bilbaíno decide pedir la excedencia como capellán de las Fuerzas Armadas para dedicarse de lleno a crear casas de rescate y dirigirlas, pues hasta entonces, una vez instituidas, se dejaban en manos de órdenes religiosas o asociaciones. Funda el Hogar Nazaret en Madre de Dios (Perú), en la selva amazónica, una región que tiene una problemática complicada debido a la minería ilegal, lo que provoca una situación social extrema con un sistema familiar casi inexistente y donde abundan los casos de niños desamparados y a merced de las mafias de la droga ante la falta de oportunidades de empleo local.

 

El 14 de marzo de 2015 sufre un ataque por parte de un grupo armado y logra sobrevivir porque sus atacantes lo dan por muerto. Ese año participa junto a mandatarios internacionales y premios Nobel en el Foro de Excelencia para Directivos celebrado en Lloret de Mar, como también hará al año siguiente. ​En 2016 inicia una nueva andadura en Moyobamba (Perú), donde sigue rescatando a niños y adolescentes de situaciones de extrema pobreza.

La visita del P. Doñoro a Orihuela tiene por objeto agradecer la colaboración económica prestada al Hogar Nazaret por un grupo de personas y entidades, capitaneados por Mujeres del Tercer Milenio, que ha hecho posible la adquisición de un tractor que han bautizado con el nombre de nuestra ciudad. Él espera que este tractor oriolano sea capaz de arrastrar tras de sí otras ayudas para cubrir las múltiples necesidades de esta obra realmente encomiable, y para ello se ha paseado por las calles de Orihuela junto a Ana Gómez-Pardo, persona siempre dispuesta a apoyar las nobles causas.

 “Hogar Nazaret –explica el pater- es una familia sobrenatural, nacida del sueño de Dios que demanda hombres y mujeres nuevos”, un proyecto –en el que, por cierto, también colabora el empresario y mecenas argentino Alejandro Roemmers- “que intenta restituir a los niños más pobres de entre los pobres los derechos que les han sido vulnerados: el derecho a la identidad, a la salud, a la familia, a sentirse especiales y el derecho a ser amados, entre otros”.

Acogen a niños y adolescentes en situación de alto riesgo y exclusión social y hacen un seguimiento a cada familia hasta conseguir que el menor se reinserte

En coordinación con las parroquias y con el sistema educativo, acogen a niños y adolescentes en situación de alto riesgo y exclusión social. A la vez, y esto es lo más difícil, hacen un seguimiento a cada familia hasta conseguir que el menor se reinserte en la misma. “Luchamos –dice el P. Ignacio- contra la trata de mujeres, niñas y niños; luchamos también contra las múltiples violaciones de los derechos humanos a través de la compra-venta, extorsión, explotación y el sometimiento a condiciones de vida infrahumanas. Y nos enfrentamos a la malnutrición, el nulo acceso a servicios de salud, la violencia física y psíquica, los abortos forzados y en muchos casos, a muertes impunes a manos de organizaciones y mafias que se lucran con la explotación de las personas”.

Ubicado en el Huallaga central, región San Martín, selva peruana del Amazonas, Hogar Nazaret (www.hogarnazaret.es) tiene cinco casas: dos para varones, una de ellas para niños y otra para adolescentes, donde se atiende gratuitamente a escolares en situación de extrema pobreza o procedentes de caseríos muy alejados de los centros educativos de la región; dos casas para niñas y otra para chicas adolescentes, que se complementan con el Hogar de Niños por Nacer que atiende con personal sanitario y medios específicos a chicas embarazadas en dificultades. Además, cuentan con una Escuela de Fútbol Hogar Nazaret, en convenio con la Fundación del Real Madrid, que acoge gratuitamente a niños de los colegios con que el Hogar tiene acuerdos específicos.

Ante la pobreza material, que genera a su vez una pobreza moral, el reto del Hogar Nazaret es que los niños y adolescentes del Amazonas tengan oportunidades de desarrollo y ejercicio pleno de sus derechos. “No es una tarea fácil. Nos encontramos con muchos obstáculos para garantizar la protección de sus derechos, pero esa es nuestra misión en favor de los pobres entre los pobres”, reconoce con satisfacción el P. Doñoro.

 

Los sacerdotes de la prelatura de Moyobamba y sus colaboradores detectan en sus comunidades y caseríos a los niños que se encuentran en situaciones de especial dificultad y emiten una carta de garantía solicitando la admisión de los menores en el Hogar Nazaret.

Otro de los retos del Hogar Nazaret es proporcionar una buena educación a las mujeres que, en la mayoría de las comunidades indígenas, apenas logran obtener los niveles básicos de instrucción primaria y quedan excluidas del sistema educativo.