| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Imagen de una parte del casco histórico de Orihuela
Imagen de una parte del casco histórico de Orihuela

Los fondos Next Generation y la rehabilitación del casco histórico oriolano

Las piezas de arte que alberga Orihuela en estos momentos y en su Museo de Arte Sacro forman un conjunto sorprendente en consonancia con la riqueza arquitectónica de la ciudad

La aprobación del Plan de Recuperación del Gobierno por parte de la Comisión Europea ha activado la maquinaria normativa para movilizar las inversiones de los fondos Next Generation. Así, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha sacado recientemente a información pública el proyecto de real decreto que regulará las ayudas a la rehabilitación residencial y vivienda social, que tienen como objetivo renovar el parque de viviendas de España y, de paso, mejorar su eficiencia energética, uno de los objetivos de las políticas de transición ecológica. 

Según la información facilitada desde el Gobierno central, el Ministerio competente dispondrá hasta el 2026 de 4.420 millones que serán gestionados por las comunidades autónomas, en coordinación con el Ministerio que se encargará de la supervisión general del programa a través de comisiones bilaterales. Las subvenciones que convoquen las comunidades deberán guiarse por este decreto y tendrán que destinar el 30 % de estos recursos a la regeneración de barrios. La primera anualidad ya está reflejada en los Presupuestos en vigor. Son 1.580 millones de euros, de los que 1.151 se repartirán entre las comunidades para los programas de rehabilitación. En este primer reparto se ha seguido el criterio poblacional. 

Las ayudas para rehabilitaciones integrales de barrios prevén la reforma de edificios y viviendas unifamiliares, así como la reurbanización de espacios públicos. Para ello, el ámbito de actuación deberá delimitarse como un Entorno Residencial de Rehabilitación Programada (ERRP). Según hemos podido saber, el Gobierno valenciano ha presentado una treintena de proyectos de rehabilitación de barrios y entornos urbanos a la manifestación de interés del Ministerio de Transportes, Movilidad Sostenible y Agenda Urbana para optar a financiación europea. 

La Oficina para la Estrategia Valenciana de Recuperación, que dirige Juan Ángel Poyatos, ejerce una función de dinamización y asesoramiento para conseguir que los ayuntamientos presenten proyectos ajustados a los requerimientos, tanto del Gobierno de España como de la Unión Europea, tanto para rehabilitación de viviendas como en la mejora de entornos urbanos y recuperación integral de barrios desfavorecidos. 

De acuerdo con lo que ha transcendido, el Ejecutivo del Botánico trabaja desde hace algún tiempo con los ayuntamientos para preparar iniciativas susceptibles de recibir los fondos europeos Next Generation EU en materia de cohesión social y rehabilitación de entornos urbanos. Y concretamente la conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, a través de la entidad valenciana de Habitatge i Sol (Evha), planea actuaciones en aquellas zonas en las que el parque público de vivienda tiene peso y prepara actuaciones coordinadas con ayuntamientos para mejorar la accesibilidad en los barrios y la cohesión social. Queremos pensar –las fechas vacacionales nos impiden comprobarlo- que, esta vez sí, la corporación municipal oriolana será una de las incluidas en la ronda de consultas programada. Otra cosa no se entendería. Ni tampoco que desde el Palacio de Arneva no se activaran todos los mecanismos al respecto. 

El centro histórico de Orihuela ha visto pasar los años sin que las distintas Administraciones hayan sido capaces de ponerse de acuerdo para encontrar soluciones acordes con la reconocida importancia del mismo

Porque parece oportuno recordar en este momento que hace la friolera de 52 años, exactamente el 24 de abril, se declaraba conjunto histórico-artístico “el sector antiguo de la ciudad de Orihuela”. El Decreto 845/1969, aprobado por el Consejo de Ministros en su reunión del día 28 de marzo anterior, a propuesta del ministro de Educación y Ciencia José Luis Villar Palasí, justificaba la declaración en razones históricas y, en el orden monumental, porque “su abundancia en palacios, palacetes e iglesias, ofrece un extraordinario aspecto”. Tras detallar los monumentos que ostentaban ya la categoría de monumentos históricos-artísticos, la disposición ponía de relieve que “Las piezas de arte que alberga Orihuela en estos momentos y en su Museo de Arte Sacro forman un conjunto sorprendente en consonancia con la riqueza arquitectónica de la ciudad” y por ello concluía el decreto: “para completar esta declaración es necesario extenderla, de un modo general, al sector antiguo de la ciudad, que conserva un ambiente característico y en el que se hallan enclavados edificios de singular valía. De este modo, la protección estatal alcanzará la amplitud y eficacia imprescindible para proteger este monumental conjunto, sin perjuicio de la natural expansión urbana de la población”.  

 

Más de medio siglo después, podemos comprobar que la expansión urbana de la ciudad se ha producido -a ritmo excesivo, en opinión de algunos- pero el centro histórico de Orihuela ha visto pasar los años sin que las distintas Administraciones hayan sido capaces de ponerse de acuerdo para encontrar soluciones acordes con la reconocida importancia del mismo. No recuerdo más acción destacable en este ámbito –a cada uno lo suyo- que la realizada durante el gobierno de Eduardo Zaplana a través de la Fundación La Luz de las imágenes. Pero, evidentemente, esta relevante iniciativa no llegó a cubrir todas las necesidades.  

La visita efectuada a la ciudad, en noviembre de 2019, por el vicepresidente segundo y conseller de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, Rubén Martínez Dalmau, resultó ciertamente esperanzadora. Además de la posibilidad de generar un parque público de vivienda municipal, lo más importante del encuentro con los responsables municipales fue –en mi opinión- la receptividad del vicepresidente para plantear un plan conjunto que contemplaba crear un Área de Regeneración y Recuperación Urbana (ARRU) para el casco antiguo de la ciudad, con participación del Gobierno central, Generalitat y Ayuntamiento. Sin embargo, la falta de capacidad de la maquinaria municipal para presentar en tiempo y forma la documentación a la convocatoria anual de subvenciones ARRU, frustró aquella posibilidad.  

Llega ahora, a través de los fondos Next Generation EU, la gran oportunidad de acometer una actuación integrada para la recuperación de esa zona tan deprimida del casco histórico oriolano comprendida entre El Paseo-Calle Santa Lucía y el Colegio Santo Domingo, calle Adolfo Clavarana y adyacentes por medio. No podría entender nadie –y los responsables deberían responder públicamente de ello- que, por falta de la adecuada respuesta de las administraciones concernidas, volviera a perderse el tren para solucionar esta endémica lacra en el urbanismo oriolano.