| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Carlos González (II): “Perseguir a quienes viven en la calle no es el camino"

La aprobación de la ordenanza de Alicante ha propiciado el traslado de indigentes y mendigos a las calles de Elche, lo que ha agudizado el problema de convivencia en la ciudad

| A. Maestre Edición Elche

Elche tiene en fase de exposición pública la ordenanza contra la prostitución con la que pretenden erradicar este problema social y cívico. La aprobación de la ordenanza de Alicante –con sanciones administrativas a personas sin hogar- ha propiciado el traslado de indigentes y mendigos a las calles de Elche. 

-Están tramitando en Elche una Ordenanza para combartir la prostitución -ahora en fase de alegaciones- ¿Cuál es el camino? 

Este es un tema muy importante para España, que se está liderando desde la Comunidad Valenciana y que la Consellera Gabriela Bravo ha hecho un trabajo importantísimo para abrir ese debate. 

En Elche aportamos nuestro granito de arena en ese debate nacional que se ha dado en llamar ‘de abolición de la prostitución’ y de lucha contra la trata de blancas. Hay esclavitud en el siglo XXI y creo que todos tenemos una cierta responsabilidad. Desde nuestra responsabilidad municipal hemos puesto en marcha un procedimiento para regular a nivel municipal el asunto hasta que nazca la ley. 

Hay un proyecto de ley en manos del Gobierno que pasará a las Cortes generales hasta en tanto en cuanto esto ocurra, acordamos con la consellera Gabriela Bravo poner en marcha una ordenanza municipal. Y hemos dado el primer paso, que es la exposición pública de unas líneas generales que al final lo que plantean es luchar contra la prostitución desde el ámbito municipal.  

Nuestra ordenanza contempla un punto sancionador hacia los puteros y los consumidores de prostitución. Pero hay otra vertiente, que son las prostitutas. Si se acaba con la prostitución hay que dar alternativas a esas personas. 

La decisión que toma el Ayuntamiento de Alicante con su ordenanza significará que las personas que ejercen la mendicidad vengan aquí

-Desde que Alicante aprobó su ordenanza de convivencia cívica ¿han notado que muchas personas sin hogar se han trasladado a Elche? 

Primero una reflexión. Yo creo que no se puede penalizar ni sancionar la mendicidad. Es un planteamiento de partida. Hay municipios en España que han optado por sancionar, perseguir desde un punto de vista administrativo, a quienes no tienen recursos, viven en la calle y ejercen la mendicidad.  

Creo que no es la solución. No es el camino correcto. Alicante ha emprendido ese camino y eso tiene consecuencias. Y es que la mendicidad también tiene movilidad. Si los persiguen administrativamente en Alicante, lo más probable es que se vayan a otros municipios de la provincia. En las grandes ciudades hay mendicidad, gobierne quien gobierne, es una realidad. 

-Seguro que los vecinos le han dicho lo molesto que resulta aparcar cuando hay gorrillas, por la coacción que ejercen... 

Los gorrillas son una manifestación de la mendicidad. Se puede hacer una mendicidad más pasiva estando en la calle y pidiendo o se puede pedir en un aparcamiento, al final son fórmulas de manifestación de la mendicidad. De quienes viven en la calle y no tienen recursos y le piden a los demás para para sobrevivir.  

Esto pasa en todas las grandes ciudades. La decisión que toma el Ayuntamiento de Alicante con esa ordenanza que persigue la mendicidad significará que las personas que ejercen la mendicidad vengan aquí. 

-¿Qué es lo que hacen aquí?

Pues lo primero no perseguirlo. Lo segundo es intentar tratarlos con la mayor dignidad posible y poner en marcha recursos para atender con dignidad a quienes ejercen la mendicidad y ayudar a quienes quieren salir de la mendicidad. 

No es nada fácil, pero creo que requieren ser tratados con dignidad y con respeto como seres humanos, siempre y cuando respeten las leyes. Siempre y cuando no conviertan su actividad en un conflicto o en un problema de seguridad ciudadana que normalmente no lo es. 

Nadie quiere que haya mendicidad en su ciudad. No lo quieren los ciudadanos y tampoco lo quiere el alcalde de la ciudad. Yo creo que es un grave problema social, es un problema social difícil de erradicar, difícil de luchar contra él, pero creo que el camino no es perseguirlo.  

Cruz Roja es un buen aliado y hay más organizaciones no gubernamentales que nos ayudan en esa estrategia de lucha con un gran trabajo que hacen. Estamos impulsando junto con Cruz Roja un Centro de baja exigencia donde proporcionarles el aseo personal mínimo imprescindible y la comida.