| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Victoria plácida para el Barcelona en el Martínez Valero (0-2)

El barco franjiverde se hunde sin que Bragarnik haga nada

| David Caballero Edición Elche

El Elche volvió a perder, esta vez frente al Barça menos Barça que se recuerda de los últimos años. Los franjiverdes suman ya trece jornadas sin conocer la victoria, la peor racha de cualquier otro equipo de La Liga. 

No se trata de que Almirón ya no sepa que hacer, ni que la plantilla ya no crea en él, algo que venimos repitiendo en esta sección desde hace más de un mes, sino que lo que es más grave, el capitán de la nave franjiverde, el oficial al mando, Christian Bragarnik, ni está, ni se le espera. 

Por no estar, no estuvo ni ayer en el palco del Martínez Valero. El máximo accionista del Elche se encontraba en su tierra natal, viendo la final de la Copa Sudamericana entre el otro equipo que “asesora”, Defensa y Justicia, frente al Lanús, que por cierto se llevó “su equipo” al ganar con claridad al Lanús por tres tantos a cero.

Volviendo al partido de ayer, por enésima ocasión Almirón se empeñaba una y otra vez en salir con el balón jugado desde atrás, a pesar de que perdía la pelota a los pocos segundos por la buena presión del equipo de Ronald Koeman.

Sabiendo que el Barcelona venía con muchos minutos en las piernas, lo lógico hubiera sido plantear una presión alta, para provocar algún fallo en una defensa blaugrana poco habitual. Pero no, una vez más el técnico argentino quería fiarlo todo a la suerte, no saliendo de campo propio en casi todo el partido, esperando que llegara una ocasión para ganar o empatar el partido. La ocasión llegaría, casualmente gracias a las pocas veces que los ilicitanos presionaron arriba, Rigoni se quedaría solo delante de Ter Stegen, pero el argentino lanzaría el balón al pie del meta alemán. Eso fue lo único rescatable de un Elche plano, sin mordiente ni capacidad de reacción durante todo el encuentro. 

Las ruedas de prensa post partido de Almirón ya se han convertido en un sainete difícil de soportar. Como buen argentino, Almirón sabe “irse por los cerros de Úbeda” a menudo, pero lo que no se puede permitir es que trate de reírse de todos pidiendo “paciencia y tranquilidad”, cuando ya ha transcurrido toda la primera vuelta del campeonato y después de tener al equipo hundido en la clasificación tras trece jornadas sin conocer la victoria. De locos. 

Es el momento de que Bragarnik tome el timón del barco, cese de forma fulminante a Almirón y contrate a un técnico experimentado y que conozca la liga española, además de tres o cuatro refuerzos que también sepan lo que es competir en nuestra liga, porque como ha quedado demostrado “los experimentos, con gaseosa”.