| 17 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Cayetena "volará" alto fuera del Partido Popular

La crisis del coronavirus ha avistado a dos grandes políticas en este país, una rubia y otra morena.

| Sonia Reyes Edición Elche

La prensa es terrible, la verdad es que sí. Pero los periodistas sabemos que cuando el río suena, agua lleva y -afortunadamente- el tiempo nos termina dando la razón la mayoría de las veces.

El rumor venía fraguándose desde hace semanas y ayer se hizo oficial: Cayetana Álvarez de Toledo ha dejado de ser la portavoz del Partido Popular en el Congreso.

Decisión desacertada donde las haya y no es porque Cuca Gamarra no sea apta para el cargo, sino sencillamente porque Cayetana es una política excelente, brillante oradora, acérrima defensora de la unidad de España y una mujer de armas tomar - en el buen sentido de la palabra-, claro está. No sabemos a ciencia cierta los entuertos internos de la formación liderada por Pablo Casado, pero había desde hace algún tiempo un tufillo en el Partido Popular a sables cruzados entre algunos barones contra ella -los que mandan realmente- y la aristócrata no era bien vista.

Demasiado “deslenguada” quizás para esos que quieren dar imagen de moderación y buenas formas, pero luego no les tiembla la mano cuando tienen que prohíbir fumar en 24 horas y aparecen en las televisiones vistas por todos los españoles hablando en gallego.

Todo pasa por algo y quizás el futuro de Cayetana no esté en el Partido Popular. La crisis del coronavirus ha avistado a dos grandes políticas en este país, una rubia y otra morena, contundentes, sin pelos en la lengua: Macarena Olona y Cayetana Álvarez de Toledo. Evidentemente la vehemencia de ambas sienta mal en ciertos corrillos, sobre todo, porque sus palabras traspasan las líneas rojas de los políticos asustadizos y cobardicas. Es el precio que pagan las valientes. 

Pablo Casado ya ha dicho que su deseo es que la ya ex portavoz continúe en su puesto de diputada, pero ahora será ella la que decida su futuro en la política.

Los cambios suelen ser para mejor y quizás su destino no pase por el Partido Popular.

Ha habido en España dos Cayetanas notables: la duquesa De Alba y la joven política, aristocrátas las dos, con personalidad arrolladora y a la vez controvertida, con caracteres de los que nunca pasan desapercibidos y eso siempre tiene un precio.

En el Partido Popular ó en otra formación política, Cayetana brillará con luz propia. No le falta talento, desparpajo ni inteligencia.

La gran incógnita ahora es saber cuánto tardará Vox en tenderle la mano al diamante en bruto que el Partido Popular dejó escapar. Si ha sido una torpeza política, sólo el tiempo lo dirá.