| 06 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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¿Asaltar los cielos?

Los sondeos indican un retroceso enorme de Pablo Iglesias, cuya trayectoria política está plagada de contradicciones, hipocresía y un sinfin de 'promesas' inviables que ha ido olvidando.

 

 

Si eres hijo de un miembro del FRAP y una abogada de CC.OO, si aprovechando que te apellidas Iglesias, tus papis te ponen de nombre Pablo en homenaje al fundador del PSOE y la UGT, puedes tener clara una cosa: nunca vas a ser libre, estás preprogramado para pensar de una determinada manera, el denominado pensamiento único. 

El líder de Podemos es un producto típico del occidente capitalista y cristiano: disfrutar de un régimen de libertades tan amplio hace crecer a muchos niñatos en un mundo de derechos, sin deberes, cuyo leitmotiv en un día a día en el que no falta de nada es inventarse una revolución y jugar a ser un paria oprimido.

Tienes el móvil de última generación en la mano derecha, la tele de 60 pulgadas con 120 canales en frente, y la mano izquierda dudando entre el mando del aire acondicionado y la coca cola, y en cuanto te liberas un poco tienes los santos cojones de tuitear que por culpa del capitalismo salvaje tu generación va a vivir peor que la de tus padres.

 Pero el tío, eso sí,  es un crack. Es capaz de trincar una beca de Caja Madrid, cuando ésta ya desahuciaba, beca entregada en mano por el actual Rey, entonces Príncipe, irse un año a Cambridge y volver después de gastarse la pasta a España a criticar a la Banca y a la Monarquía, ¡no me digan que no es un genio!

A Cambridge con el Rey

Trincas la pasta de la Banca de manos de la Monarquía, te la pules y luego vuelves a  ponerlos verdes, genial, eso sí que son principios: los del marxismo grouchiano. Después de eso ya podía vender neveras a los esquimales…o a los españoles.  

Estudió políticas en la Complutense en los años duros, los años en los que un profesor de la vecina facultad de filosofía (Gabriel Albiac) tuvo que cesar las clases y pedir amparo al rector por el acoso que sufría por parte de alumnos y profes que luego acabarían siendo parte del germen de Podemos, y todo por cometer el delito de escribir un artículo criticando la deriva del entonces emergente Hugo Chávez. A Chávez no se le podía tocar, nadie sabía todavía entonces porqué era tan importante, lo supimos mucho más tarde.

El profesor Albiac empezó a recibir insultos y amenazas en el campus, pero luego su nombre apareció en el Diario Gara, y eso ya eran palabras mayores. Con los años supimos que lo que defendía la chavalería en aquella universidad acabaría siendo la principal fuente de financiación de muchos de ellos, incluido Pablo.

 

Sus promesas, como la renta vitalicia, sólo cuelan cuando la audiencia es una asamblea de porreros

 

Antes de ser político, fue animal televisivo, porque él sabía que en este país los escaños se ganan en la tele. Y aunque muchos no lo sepan, no empezó en La Sexta, sino de tertuliano en Intereconomía y Trece.

Sus súbditos

Sí, correcto, dos de las cadenas que ahora no permite ver a sus súbditos, porque eso es lo que tienen las sectas, que hay cosas que sólo puede hacer el amado líder y para las que no están preparados sus fieles, recuerden a Fidel Castro leyendo el Granma cada mañana antes de dar el visto bueno para su publicación.  

Desde que está en política no cuenta una verdad ni al médico. Lo primero que prometió en su programa de engaño masivo fue una paga para todos que ya no existe. También iba a impagar la deuda y salir del euro, pero claro, esas tonterías sólo cuelan cuando la audiencia es una asamblea de porreros.

Era muy amigo de Grecia, pero ya han quemado todas las banderas helenas que sacaban en los mítines después del enésimo fracaso del populismo en aquel país.

Se jartó de decir que el PP y el PSOE eran la misma mierda: la casta, pero cuando hizo números y vio que con los socialistas se podía llegar a tener el CNI, RTVE, Guardia Civil, Policía Nacional y sillones, muchos sillones… y dinero y poder, mucho poder, entonces con el PSOE ya se podía hacer un  gobierno de progreso, la casta ya no era tan casta.

Los buenos... y los fachas

En su secta todo cuela, se puede ser ladrón, sinvergüenza, abusador sexual, agresor de embarazadas o haber colaborado con banda armada, si es de los nuestros se defiende. Porque el mundo se divide en buenos (nosotros) y malos y fachas (los demás), y no nos podemos salir de ahí, que para eso nuestro cerebro se programó en el pensamiento único. 

Detrás suya siempre hay mucho folklore: banderas, canciones, frases hechas, eslóganes… Yo lo llamo fast culture, como la comida rápida, fácil de digerir, pero perjudicial para la salud, en este caso para la mente. Cultura del Rincón del Vago y Wikipedia que pretende llegar directa al corazón sin pasar por la cabeza.

Pensar de manera individual está prohibido, el pensamiento es colectivo, o lo que viene a ser lo mismo, todos piensan lo que piensa el líder.  Llegó para asaltar los cielos…  y llevarnos a todos derechos al infierno.