La pandemia triplica el negocio de los food trucks

El sector hostelero ha sido sin duda uno de los grandes damnificados por la pandemia del Coronavirus debido a las continuas restricciones a las que ha sido sometido, en la mayoría de ocasiones sin respaldo sanitario y pasando por alto los enormes esfuerzos que los restauradores han hecho por ofrecer un entorno plenamente seguro a sus clientes. Tan solo Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid les ha defendido a capa y espada.

Es por ello que el número de restaurantes que han tenido que cerrar la persiana de manera definitiva ha sido tan elevado, pero los cocineros de vocación han encontrado una salida a esta realidad en los food trucks, ese invento americano para ofrecer comida rápida sobre ruedas en antiguos camiones o furgonetas a los que se les da una segunda vida con una cocina a bordo. Que se lo digan sino a Patricio Bustamante, gerente de la empresa Street Trucks, que se dedica a comprar y acondicionar este tipo de vehículos para luego venderlos o alquilarlos y que ha visto como su negocio se ha triplicado en los últimos meses.

La principal ventaja de estas cocinas móviles es el ahorro que suponen frente a los costes de una obra civil de acondicionar un local al uso. En España este negocio lleva varios años de crecimiento, pero si antes los cocineros los usaban para ofrecer sus propuestas en eventos concretos y diversificar un poco su negocio, hoy en día buscan obtener más notoriedad con públicos diferentes, y hasta los más famosos, como el triestrellado Daviz Muñoz, han caído bajo el embrujo de los food trucks.

Este tipo de cocina permite un mayor grado de originalidad y variedad, y los avances tecnológicos en materia de digitalización así como la capacidad de viralización mediante las redes sociales hace posible ofrecer servicios a domicilio y propuestas personalizadas con geolocalización. Los ayuntamientos también han comprendido que esta variante hostelera les permite aumentar la oferta de ocio de su localidad, aumentar la empleabilidad y atraer más turismo, con lo que las normativas para poder operar con un food truck son cada vez más permisivas.

Con ello y con todo, abrir un negocio de restauración sobre ruedas no es sencillo y se debe tener muy claro que cualquier experiencia previa en el sector puede ser inútil si no se tienen claros los principios básicos. La oferta gastronómica debe ser reducida y especializada. El vehículo escogido para desarrollar el negocio debe satisfacer las necesidades de espacio e imagen asociadas. Hay que respetar la normativa sanitaria que aplique de manera estricta, y conviene apuntar que aunque no existe una normativa estatal concreta que regule los food trucks, se amparan dentro del Real Decreto 199/2010 que regula el ejercicio de la venta ambulante o no sedentaria.