| 26 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Pablo Iglesias y Felipe VI
Pablo Iglesias y Felipe VI

Podemos redobla su ofensiva contra la Corona: el objetivo ya es el Rey Felipe VI

Pablo Iglesias cree haber mordido a la presa y no piensa soltar: la presión a la Monarquía ya no se para en don Juan Carlos. Felipe VI también está en su diana, y no parece querer parar.

| Javier Rodríguez España

Al comienzo de la legislatura, allá por enero, en Moncloa se insistía en lanzar un mensaje de estabilidad: Sánchez había obtenido el compromiso de Pablo Iglesias de olvidarse de la Corona. Que era tanto como renunciar, siquiera temporalmente, a seguir poniendo en entredicho el "Régimen del 78".

El supuesto pragmatismo del nuevo vicepresidente se imponía al ímpetu rupturista del que Juan Carlos Monedero era, y es, el gran teórico: acabar con la Monarquía Parlamentaria, tras abrir un nuevo "periodo constituyente", quedaba arrinconado en el ideario inmediato de Podemos.

Ese giro se evidenció en dos episodios insólitos: el aplauso del propio Iglesias al Rey Felipe en la apertura de las Cortes, con él ya de presidente, y en un mensaje claro para aplacar a sus bases y empezar a "navegar en contradicciones", como él definía el salto de las calles al Gobierno:

"La Constitución del 78, con todos sus defectos, contiene artículos que son la mejor vacuna para defender a las mayorías sociales del auge de la extrema derecha", dijo por entonces, justo antes de que la pandemia lo cambiara todo.

 

El virus, la crisis que se avecina, la sensación de que algún día puede romperse la alianza con el PSOE y los problemas judiciales de Juan Carlos I le han llevado a Iglesias a dar otro volantazo para mirar de nuevo a los orígenes: la Casa Real vuelve a estar en su diana.

Lo resume Pablo Echenique, quien mueve la boca para que se escuche la voz de Pablo Iglesias, atacando de paso a otra de sus bestias negras, la prensa: "Felipe y Letizia se fueron de luna de miel como "Sr. y Sra. Smith" por hoteles de lujo de todo el mundo. El viaje costó $500.000 y más de la mitad del dinero (de dudosa procedencia) lo puso un posible testaferro de Juan Carlos. Pero en las portadas no hay nada. La prensa libre".

Durante la pandemia, algo ha cambiado en Podemos: había renunciado a atacar al Rey, pero ya se acabó la tregua

El portavoz morado se refiere a la enésima filtración de Corinna y Villarejo, aliados en una campaña de descrédito a la Corona que mezcla errores de don Juan Carlos con despechos económicos y una presión a Felipe VI que, deben creer, ha de servir para que ayude en los objetivos económicos o penales que tiene a siniestra pareja.

Pero es una excusa. Antes de esto, y en pleno confinamiento, Podemos apoyó una cacerolada contra el Rey, que se había desmarcado ya de las andanzas presuntas de su padre renunciando a su herencia y retirándole la asignación pública. Sin hacer nada de eso, Iglesias había desvinculado hasta entonces a don Felipe de don Juan Carlos, llegando a afirmar, para zanjar el tema, que "la Monarquía no está en crisis".

¿A qué viene el cambio? En Podemos, cuentan a ESdiario, nunca se ha renunciado a la bandera antimonárquica. Pero no era conveniente ondearla en una fase de demostración de que el partido, al llegar al Gobierno, era capaz de centrarse en una agenda menos ideológica y "más de Estado".

Ahora todo ha cambiado y esa causa es una de las pocas que puede patrimonializar para distinguirse del PSOE. "Los Gobiernos de coalición siempre debilitan al socio menor", explican. "Se le carga de lo peor y no se reconoce lo mejor", añaden.

Distanciarse del PSOE

Señalar al Rey, y a la institución en su conjunto, marca esa distancia con el PSOE. Los socialistas "ni quieren ni pueden" meterse en ese jardín, y recalcan desde fuentes internas que el silencio de Sánchez no equivale a indiferencia hacia don Felipe, sino a la decisión de "hablar poco y hacer lo necesario" para evitar que ese debate estalle.

¿Lo llevará Podemos hasta el final? Ahora parece poco probable. Pero el objetivo existe, ya no se para en el anterior Jefe de Estado y puede ser un buen recurso político en la incierta España económica y social que va a dibujarse en los próximos meses. La "caza" ya ha comenzado, aunque de momento se limite a declaraciones altisonantes de la retaguardia de Iglesias.