| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Anna Gabriel, emblema de las CUP, entre Puigdemont y Junqueras
Anna Gabriel, emblema de las CUP, entre Puigdemont y Junqueras

Más lío en Cataluña: los "abertzales" de las CUP quieren entrar en el Gobierno

El partido más "friqui" y radical de Cataluña quiere ponerle precio a sus votos, decisivos para que Quim Torra sea presidente. Y lo dice: entrar en la Generalitat.

| ESdiario España

¿Se imaginan a las CUP, un partido antisistema, maoísta e independentista, gobernando en Cataluña? Pues no es un sueño, o una pesadilla, sino una decisión firme de sus bases: quieren formar parte de la Generalitat y teniendo en cuenta que Quim Torra la preside ahora con sus votos, no es una posibilidad desdeñable.

No renuncian a la "desobediencia frontal" contra "el Estado" ni a la independencia unilateral, pero quieren lograrlo de otra manera: desde dentro, haciendo valer sus votos e, incluso, cambiando de nombre si hace falta tras quemar sus siglas originales en distintos espectáculos políticos y perder a su cara más conocida, la exiliada Anna Gabriel.

En cuanto al nombre, tal y como adelantó ESdiario, no descartan rebautizarse para acudir a las urnas, probablemente en las Autonómicas de 2020, con una coalición con Poble Lliure y Som Alternative: el primero, la rama más ortodoxa del separatismo; el segundo, el partido creado por el exsecretario general de Podemos en Cataluña, Albano Dante Fachín.

 

Todo esto lo han ratificado los militantes de la CUP , que ahora impulsará una campaña en la calle, que comenzará con asambleas abiertas después de la Diada del 11 de septiembre, y que incluirá "acciones de denuncia y desobediencia civil" a favor de la independencia, por los derechos sociales, por el territorio y en contra de los intereses del Ibex 35.

En el documento aprobado, los 'cupaires' lamentan haber priorizado las alianzas con partidos independentistas, pero afirman que, "ante la renuncia por parte del resto de partidos de bloque republicano a impulsar la ruptura democrática con el Estado a corto o medio plazo", esta estrategia ha perdido el sentido.

Sin embargo, consideran que sigue siendo necesaria una política de alianzas y frentes electorales, y plantean tejerla con un proyecto electoral unitario con la izquierda independentista y transformadora: "Esta podría llevar las siglas de la CUP u otras".

Las CUP quieren gobernar, y sus votos hasta ahora han sido decisivos, aunque ahora están a la baja

Asimismo, afirma que está dispuesta a entrar en el Govern, pero que "no lo hará gratis", ya que solo se lo plantean si se contemplan políticas a favor de las clases populares para revertir la austeridad y aplicar un programa que prepare el ejercicio del derecho a la autodeterminación.

En la ponencia de julio, la CUP analizó que las elecciones de los últimos meses han supuesto el final del ciclo iniciado con el 15-M y marcado por el 1-O, por lo que plantean alcanzar los objetivos del partido a medio y largo plazo, y aportar su "grano de arena para salir de esta situación de bloqueo".

Así, apuntan la necesidad de abandonar la política de bloqueo parlamentaria para pasar a una "oposición contundente pero propositiva" que se dedique a generar nuevos escenarios y condiciones para ejercer la autodeterminación.

Aunque no descartan volver a hacer un referéndum, consideran que uno pactado solo puede llegar "después de un colapso del Estado" y obligado por la comunidad internacional, y que para hacer otro unilateral ahora mismo no se cumplen las condiciones necesarias.

Defender la "desobediencia"

Por eso, proponen "tensar y explorar los límites de las instituciones, haciendo propuestas que tensen el marco autonómico y el resto de actores políticos", defender la desobediencia tanto institucional como civil, y generar una alternativa a las políticas actuales con medidas en defensa del territorio y el clima, de los derechos sociales, del feminismo, de la autodeterminación y contra la corrupción.