| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Pablo Iglesias, junto al Rey Felipe VI.
Pablo Iglesias, junto al Rey Felipe VI.

Iglesias enseña sus cartas, califica de "indigna" la "huida" y apunta a Felipe

Si alguien esperaba una reacción institucional del vicepresidente segundo del Gobierno se ha encontrado en cambio con una respuesta impropia contra La Zarzuela.

| J.R.V España

Pablo Iglesias ha mostrado por fin sus cartas. Su reacción a la salida al Rey Juan Carlos negociada entre La Zarzuela y La Moncloa ha sido una demostración del objetivo final y real de Podemos y del propio vicepresidente segundo del gobierno de Pedro Sánchez.

Iglesias ha tachado de "indigna" la "huída al extranjero" de Juan Carlos I, ha avisado de que "deja a la monarquía en una posición muy comprometida" y ha subrayado que el Gobierno no puede "justificar" o "mirar hacia otro lado" ante lo que considera "un "fraude a la Justicia", sino que debe "velar por la ejemplaridad y la limpieza de las instituciones".

 "La huida al extranjero de Juan Carlos de Borbón es una actitud indigna de un ex Jefe del Estado y deja a la monarquía en una posición muy comprometida", ha escrito Iglesias en un mensaje de Facebook, en el que recalca que, "por respeto a la ciudadanía y a la democracia española", el Rey emérito "debería responder por sus actos en España y ante su pueblo".

En opinión, del líder de Podemos, "la España del siglo XXI ya no tolera la corrupción ni el privilegio" y cualquier ciudadano que cometa delitos "debe dar la cara ante la Justicia". Además, apunta que "la pretensión de impunidad por presuntos delitos graves por parte nada menos que de un ex Jefe del Estado produce un enorme daño a la democracia".

Iglesias concibe como "un deber" para quienes ocupan cargos de Gobierno "velar por la ejemplaridad y la limpieza de las instituciones" y, por eso recalca que "un gobierno democrático no puede mirar hacia otro lado ni mucho menos justificar o saludar comportamientos que socavan la dignidad de una institución clave como es la Jefatura del Estado y que son un fraude a la Justicia".