El cierre de Nissan deja en evidencia a Ada Colau y la hemeroteca la deja K.O

Junio de 2020. Los trabajadores de Nissan en Barcelona protestan ante el cierre anunciado de la planta. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, llega a la protesta con ánimo de hacer la foto, pero es recibida con pitos y abucheos. Ante la escena, Colau no desiste de la foto, coge el megáfono y suelta una frase lapidaria: “Si se cierra Nissan se acaba la buena relación con Nissan y Nissan va a tener problemas serios”. Colau consigue lo que quiere, el aplauso del momento y la foto.

Diciembre de 2021. Nissan cierra definitivamente. Ada Colau ni está con los trabajadores ni se le espera. No ha dicho ni una sola palabra. Nissan se ha ido sin que la alcaldesa haya sido algún tipo de problema para la empresa. Es el ejemplo de una multinacional más que se marcha de una Barcelona decadente, cada vez con menos oportunidades, y de una Cataluña dominada por el discurso independentista.

No es la única empresa que se ha ido esta semana de Barcelona. El Primavera Sound, uno de los festivales de referencia, anunciaba ayer que dejaba Barcelona en 2023 por la falta de apoyo de Ada Colau. Junto con Nissan, que deja de fabricar coches hoy en Barcelona tras 42 años dejando 1.600 parados más, es la imagen de decadencia de una Barcelona cada vez más gris de mano de los podemitas.

Ada Colau siempre podrá compartir el fracaso de la marcha de Nissan con Pedro Sánchez, que también aseguró que “el mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona está garantizado. Durante nuestro encuentro de hoy en Davos 2020, el Gobierno de España y Alliance hemos reafirmado nuestra voluntad para seguir trabajando juntos para asegurar la viabilidad de la factoría”. Hoy 1.600 familias están sin trabajo, pero Sánchez seguirá durmiendo cómodamente en su colchón de Moncloa y Ada Colau feliz porque, pese a la fuga de empresas de Barcelona, esta semana ha logrado colarle al Gobierno a uno de los suyos como nuevo ministro de Universidades.