Montero presume por la consulta y el portavoz de Kichi le baja los humos

Con los resultados de la consulta aún calientes, y entre las interpretaciones de los distintos dirigentes morados sobre la sentencia de la militancia, Pablo Iglesias e Irene Montero han corrido este lunes  a enterrar la polémica sobre su chalet y dar por zanjada la revuelta interna de sus bases y de una buena parte de sus dirigentes.

Mientras muchos en la cúpula del partido hacen hincapié en el elevado porcentaje de inscritos que ha reclamado la dimisión de su líder y su portavoz, uno de cada tres (el 31%), Montero ha utilizado su comparecencia en el Congreso tras la reunión de la Mesa y Junta de Portavoces para dar por finiquitada la polvareda.

Críticos de Podemos revientan la fiesta a Iglesias y Montero por presumir

Según sus argumentos, la polémica está definitivamente "cerrada" tras los "contundentes" resultados . "La participación ha sido histórica, y el respaldo es el mayor que hemos obtenido", ha enfatizado, al recordar que los apoyos que han recibido superan los que cosechó el equipo Podemos para todas con el que Iglesias y ella compitieron en la Asamblea de Vistalegre II de febrero de 2017.

Sin embargo, de inmediato a Montero le han recordado que de "cerrado" ni de lejos. Y el aviso ha llegado desde el mismo lugar que más críticas ha provocado la mansión de Galapagar. Desde Andalucía.

El secretario de Comunicación del partido morado, Pablo Pérez Ganfornina, ha advertido a Iglesias que Podemos tendrá que "reflexionar" por que cerca de un tercio de los votantes apostaron por la dimisión de los dos dirigentes.

"Esto será una reflexión que tendrá que hacer el partido", ha advertido Pérez Ganfornina, portavoz de la corriente que encabeza Teresa Rodríguez y el alcalde de Cádiz, José María González Kichi, que exigen ya un liderazgo menos "bunkerizado".

La moción de censura contra Rajoy va a suponer una tregua pero ni muchos menos las hostilidades internas en Podemos han acabado.