| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Sánchez, en el acto de presentación de Gabilondo como candidato al 4-M.
Sánchez, en el acto de presentación de Gabilondo como candidato al 4-M.

Sánchez acelera su asalto pendiente al PSOE y alimenta la sospecha del adelanto

Moncloa ha agitado esta semana, al margen de Ferraz, el tablero socialista. Cunde la preocupación y el presidente busca revolucionar el partido en Galicia, Andalucía y Madrid. Por si acaso.

| Javier Ruiz de Vergara España

Hace apenas dos meses, cuando a algunos destacados miembros de la Ejecutiva del PSOE con mando en plaza en Ferraz se les preguntaba por la estrategia cara a su 40 Congreso Federal previsto para octubre, la respuesta era siempre la misma: "Todo aparcado, centrados en la pandemia y en el reparto de los fondos europeos".

Sin embargo, en las últimas semanas, Pedro Sánchez ha llamado a rebato a sus pretorianos. Como informaba este martes el director de ESdiario, Antonio Martín Beaumont, el "huracán Ayuso" ha obligado a Moncloa a cambiar el paso.

Solo así se entiende, y así lo reconocen a este periódico fuentes socialistas, el jaque impuesto por Sánchez este pasado lunes en Galicia, Andalucía y Madrid.

Un movimiento que no se esperaba tan pronto en las direcciones del PSdG, PSOE-A y PSM, y que esconde un objetivo que el presidente ha decidido acelerar, alimentando de paso las especulaciones sobre un adelanto electoral en el medio plazo. Decisión que, en gran medida, marcará el resultado del 4-M, que puede ser el veredicto sobre la Legislatura.

"Sánchez quiere acelerar el asalto pendiente al PSOE", reafirman las citadas fuentes, para explicar los ceses de los tres delegados del Gobierno, Javier Losada, Sandra García y José Manuel Franco.

Movimientos que esconden la decisión de Moncloa de relevar en el corto plazo a Gonzalo Caballero en Galicia y a Susana Díaz en Andalucía. Y de culminar el asalto en Madrid, una federación siempre en posición de prevenidos contra Ferraz y pendiente del saldo que logre reunir Ángel Gabilondo en la cita de mayo.

 

 

Sánchez necesita recuperar con la máxima urgencia los deteriorados caladeros socialistas de voto en Galicia, Andalucía y Madrid en busca desesperada de los antiFeijoó, antiMoreno y antiAyuso.

Porque el presidente y su asesor aúlico, Iván Redondo, ven incrementar su temor ante el revulsivo que ha supuesto para el PP la gestión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la previsible disolución de Ciudadanos, y el firme suelo electoral de Vox, cuyo techo está aún por comprobarse.

 

Frente a ello, el PSOE sigue certificando el deterioro progresivo de Podemos, sin que pueda garantizar que ese voto de la ultraizquierda vaya a engrosar en las próximas citas electorales las urnas socialistas.

Por eso, y ante el previsible retraso de la entrega del rescate antiCovid por parte de Europa, una Cataluña que parece dispuesta a volver a echarse al monte, y el complicado futuro de Pablo Iglesias, Sánchez quiere tomar el control absoluto de su partido donde no lo tiene, domesticados hace tiempo los barones.

Por eso, esta semana ha agitado por primera vez y por sorpresa -al menos para el susanismo- el tablero socialista. Pero habrá en las próximas semanas nuevos golpes sobre la mesa.