| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, saluda al nuevo jefe de la Policía, Florentino Villabona.
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, saluda al nuevo jefe de la Policía, Florentino Villabona.

La "cloaca policial" se revuelve ante la revolución del supercomisario de Zoido

Sin hipoteca ninguna, se jubila en los próximos meses, el nuevo director adjunto ha recibido un mandato expreso del Gobierno: una regeneración sin precedentes entre los comisarios.

| Miguel Blasco España

Sin contemplaciones. Poner orden de una vez por todas en la cúpula policial, acabar con la llamada guerra de comisarios, neutralizar definitivamente la impunidad de las cloacas del Ministerio del Interior, "jubilar lo jubilable" y dar paso a una nueva generación de policías, que sustituya a una treintena de altos mandos curtidos en una y mil batallas, la mayoría nombrados en su día por el todopoderoso secretario de Estado de Seguridad del PSOE, Rafael Vera, en los primeros años del felipismo.

Este es el ambicioso mandato que ha recibido del Gobierno el nuevo director adjunto de la Policía (DAO), el comisario Florentino Villabona, designado para tan sensible cargo esta semana por el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.

Tal vez por eso, según reconocen varias fuentes policiales consultadas por ESdiario, en el Complejo Policial de Canillas a pocos ha sorprendido el perfil del supercomisario elegido para tan ingente tarea: un policía que se jubila en los próximos nueve meses.

"Para la revolución que hay que hacer se necesita alguien sin aspiraciones de medrar, con la piel encallada y dispuesto a hacer una cirugía que solamente puede hacer quien ya está de salida", afirma un veterano comisario a este diario.

El principal problema de Villabona -del que se dice no pertenece a ninguno de los clanes de comisarios- radica en poner paz entre los dos grandes bandos: las cloacas y los ceneíses, el origen de la guerra sin control de las últimas semanas capitaneadas por el líder de los primeros, José Villarejo, y el de los segundos, Marcelino Martín Blas.

El problema, según estas mismas fuentes, es que Villabona sabe que va a "pisar callos" y que está obligado a ir "con pies de plomo" en sus primeras decisiones. Y es que mientras renueva los principales destinos -la Comisaría General de Información y la de Policía Judicial, de las que cuelgan las unidades más polémicas como la UDEF o Asuntos Internos-, el nuevo DAO está obligado a desactivar la peor bomba de relojería que se oculta en el Ministerio del Interior. 

Se trata de la información sensible, informes, escuchas y grabaciones, que algunos veteranos comisarios han acumulado y sustraído y que, como informó Esdiario, está fuera de control. Dossieres sobre representantes institucionales, políticos, empresarios y periodistas.

El sector liderado por Villarejo, como los comisarios Enrique García Castaño y Carlos Salamanca, está en el disparadero y nadie atisba cual será su reacción ante el mandato regenerador que abandera el nuevo responsable del Cuerpo, más cuando todos ellos atraviesan distintos problemas judiciales.

Pero antes de nada, en los próximos días, Villabona debe resolver sobre la continuidad de los cuatro ases de la cúpula policial. Se apuesta por la renovación. Se trata de los comisarios Enrique Barón (Información), Eloy Quirós (Policía Judicial), Juan Carlos Ortiz (Extranjería y Fronteras) y el nombramiento del responsable de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, que el propio Villabona ha dejado vacante tras su ascenso.