| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La número dos del PSOE, Adriana Lastra, en el Congreso.
La número dos del PSOE, Adriana Lastra, en el Congreso.

A Lastra se le atragantan las caceroladas al PSOE y recibe de su propia medicina

Al PSOE, el "jarabe democrático" que tanto le gustaba recetar a la izquierda contra el PP, se le está haciendo muy agrio ahora que lo tiene que beber él. Pero la hemeroteca pasa factura.

| M.B España

El PSOE está recibiendo, literalmente, de su propia medicina. Tan laxo y comprensivo con los escraches sufridos en su día por el PP o, más recientemente, por Ciudadanos; ahora se le atraganta el famoso jarabe democrático.

El hartazgo ciudadano con la gestión de Pedro Sánchez sobre el coronavirus y su pretendido caudillismo a lomos de un estado de alarma inacabable, ha acabado agotando la paciencia de muchos españoles.

Así que algunos de ellos, en defensa de la libertad de manifestación y expresión que los socialistas antaño tanto defendían, se han ido a protestar ante la sede de Ferraz o los domicilios de algunos ministros.

El escrache que un reducido grupo de manifestantes ha protagonizado este lunes frente a la residencia del ministro de Transportes y número tres del PSOE, José Luis Ábalos, ha hecho estallar a la vicesecretaria general del partido, Adriana Lastra.

Hasta el punto de que, guardando en un cajón su propia doctrina anterior, Lastra ha acusado a los pacíficos manifestantes de "acosar e intimidar".

Pero la hemeroreca le ha jugado una mala pasada a Lastra por desmemoriada. Y ha recibido de su propia medicina cuando le han recordado lo que ella misma decía cuando los dirigentes de Cs fueron expulsados de la manifestación del 8-M. "Es una sobreactuación", decía ella...

En defensa de Ábalos ha salido también el portavoz de Podemos, Pablo Echenique, que ha exigido a las autoridades que actúen para evitar concentraciones como la que tuvo lugar frente a la vivienda del ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, porque "una cosa es el derecho de manifestación" y los escraches de "gente humilde a la que le han quitado la casa", y "otra muy distinta" es una protesta de "pijos pudientes y maleducados y algún que otro simpático neonazi".