| 05 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pablo Echenique y Pablo iglesias, desconcertados por la desafección de sus bases.
Pablo Echenique y Pablo iglesias, desconcertados por la desafección de sus bases.

Bescansa tenía razón: la bofetada de las bases a Iglesias retumba en Podemos

Echenique ha organizado una consulta interna para decidir la estrategia para las municipales y autonómicas de 2019. Y ha votado apenas el 16% del censo. Los vaivenes pasan factura.

| J.R.V. España

Podemos, el partido que nació como bandera de la regeneración política y de la democratización interna, la formación en la que eran las bases las que imponían la estrategia a la dirección, agoniza desde abajo por la desafección de sus militantes, desconcertados muchos de ellos por los vaivenes de Pablo Iglesias y su seguidismo cómplice con el independentismo.

Los antaño poderosos círculos y las asambleas que llenaron plazas y calles apenas hace tres años, han quedado desmantelados. Y muchos de los colectivos que se acercaron al partido morado indignados por la crisis y la corrupción -profesionales liberales de la docencia o la sanidad y muchos universitarios- han comprobado la verdadera cara de Podemos.

En una consulta estratégica para las elecciones de 2019 apenas han votado 76.000 militantes de 500.000 con derecho a voto.

La prueba de ello es la última y estratégica consulta a la militancia, que se ha saldado con una modestísima participación del 16% del censo. En concreto, de los 473.678 inscritos con los que cuenta el partido y que estaban llamados a votar han participado 76.511  

El dato en cuestión ha desatado todos las alarmas en la cúpula morada. Iglesias y Echenique planean en las última semanas la que debe ser la política de alianzas para las europeas, autonómicas y municipales. Si repetir la coalición con Izquierda Unida, si la marca Podemos queda en las regiones superada por la mareas o confluencias, o sí el nombre de los morados debe prevalecer.

Alberto Garzón y Pablo Iglesias están encontrando muchas resistencias para reeditar su pacto para las elecciones de 2019.

 

Y no es que a la dirección que desde la madrileña calle Princesa pilota Pablo Echenique le haya pillado por sorpresa el último y demoledor dato conocido en las últimas horas. La propia exsecretaria de Estudios y Programas del partido, Carolina Bescansa, -purgada por Iglesias- lleva meses advirtiendo del desánimo de muchos de sus simpatizantes con la gestión de su líder. Y con encuestas internas sobre la mesa.

 

Pues bien, la consulta interna que Podemos ha celebrado entre el miércoles y el domingo pasado sobre la que basar la futura hoja de ruta ha contado apenas con una participación del 16% de sus bases.

Así, de los 473.678 inscritos llamados a votar en las diferentes consultas lanzadas a nivel municipal, autonómico y estatal -para el caso de las europeas-, han participado 76.511, es decir, tan solo un 16,15%.

Los simpatizantes de Podemos debían responder la pregunta de si apoyan que Podemos se presente a las próximas elecciones "en coalición con las fuerzas políticas aliadas del espacio del cambio y con la palabra PODEMOS (en las distintas lenguas cooficiales) formando parte del nombre de la candidatura".

En el caso de las consultas municipales, la pregunta que se formulaba contemplaba la posibilidad de se puedan producir excepciones "donde ya exista una marca consolidada" -caso de Ahora Madrid-, aunque la norma general sea usar el nombre de Podemos, si así lo aprueban los inscritos.

Pese a los números, Echenique ha afirmado que la participación es "bastante digna", teniendo en cuenta que se trata de una consulta en la que no había ningún tipo de competición ni pugna interna, y que los resultados ya "se intuyen".

Sin embargo, la movilización de las bases de Podemos no deja de reducirse consulta tras consulta. Antes de ésta, la dirección preguntó si debía presentarse una moción de censura contra Mariano Rajoy. Y en aquella ocasión participaron 87.674 personas, el 17,99% del total.

Una participación de dos puntos porcentuales más que la que ha registrado la consulta que el partido morado cerró este domingo. Un síntoma de la enfermedad que atraviesa el partido de Iglesias, que certificó el resultado de las elecciones catalanas del 21-D y que avalan de forma unánime todas las encuestas, encabezadas por el propio CIS.